FESTIVIDAD DEL STMO.
CORPUS CHRISTI
“Bajo la apariencia de pan
de harina, tu real Cuerpo y Sangre se adivinan” |
- En esta Fiesta, que
-
Tomemos conciencia los cristianos de que ésta, ¡no es una Procesión o
acto más de piedad cualquiera! Por
- ¡Mora en los Sagrarios de nuestras Iglesias!
- ¡Y al que podemos considerar como, un singular vecino más, al que podemos visitar y al que podemos tratar!
- Y podríamos decirlo con un lenguaje más llano y sencillo: El Jesús de nuestros Sagrarios, tan es un vecino más, que sólo tendríamos que proporcionarle un D.N.I. y un certificado de vecindad como el nuestro.
-
¡No son elucubraciones retóricas! Se trata de expresar con un lenguaje coloquial
una imponderable verdad de nuestra Fe: ¡que
la presencia de Jesús en
- ¿Somos consecuentes en nuestra vida con esta verdad que confesamos?
- ¿Contamos con Jesús como, el más incomparable de nuestros amigos?
- ¿Le hacemos frecuentes visitas o, al menos vuela nuestro corazón al Sagrario cuando pasamos o vislumbramos el campanario de alguna Iglesia?
- En nuestras conversaciones, ¿Sale, con naturalidad, el nombre de nuestro Gran Amigo? O, por el contrario, ¿somos, quizás, de los que, (en estos tiempos en que la gente no se recata hasta de contarnos públicamente sus miserias), tenemos nosotros “respetos humanos” a la hora de hacer manifestaciones de nuestra Fe?
- ¡A ver si nos entra en la
cabeza que Jesús no se ha quedado en
- Jesús en el Bautismo nos infundió,
por
“Yo he venido para que tengáis vida y vida
abundante” >>>>>
- Y, ese alimento nos es tan indispensable que Jesús nos advierte:
“Si no coméis mi Carne y no
bebéis mi Sangre, no tendréis Vida en vosotros”.
- Que buen final, para estas reflexiones, ofreceros este genial Soneto que, un hombre de Fe y gran poeta, compuso con motivo de una Fiesta del Corpus Christi:
LA CUSTODIA
Hoy te he visto, Señor, sin el madero
en tu antigua Custodia peregrina
envuelto en
una nube que transmina
el
olor del incienso y del romero.
Te
he visto en tu Custodia prisionero de un pedazo de pan de harina,
bajo cuya apariencia se adivina
a tu Cuerpo real y verdadero.
Y
mezclado, Señor, entre tu grey,
que te sigue - al
igual que yo te sigo -
sin cumplir los preceptos de tu Ley,
he llorado por Ti, mi fiel amigo
al verte, desfilando como un rey
e implorando el amor como un mendigo….
Antonio Trujillo
Guillermo Soto