XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, Ciclo B

DESCONSOLADO, NO DESILUSIONADO, NI DESESPERANZADO

Padre Pedrojosé Ynaraja

 

1.- La Revelación es decisión de Dios, que se la encomienda a ciertos hombres, que ellos a su vez, escribirán de acuerdo con su idiosincrasia y con el lenguaje de su tiempo. La Revelación no esclaviza al hagiógrafo, no avasalla su imaginación, ni prescinde de su estado de ánimo. Tampoco le exige que oculte sus males y dolores, aunque resulten humillantes para él o para quien sea. Temo y siento alergia, de aquellas personas que siempre sonríen, que van por el mundo repartiendo simpatías y ocultando fracasos y derrotas. Nada de esto encontraréis, mis queridos jóvenes lectores, leyendo la Biblia. Buena muestra de ello lo encontramos en dos lecturas de hoy.

2.- San Pablo sentía predilección por la comunidad de Corinto. En las cartas que les dirige, sin dejar de ser de sólida doctrina, añade confidencias personales, como la que aparece en el fragmento que proclamamos en la misa de este domingo. ¿De qué se trata cuando les confía a sus lectores que sufre una espina en la carne, un emisario de satanás que le apalea? Los primeros receptores ya sabrían seguramente qué le ocurría, pero nosotros lo ignoramos. Se han ofrecido varias hipótesis. Para unos es la angustia que le causa la situación de las diversas comunidades con las que se siente vinculado, ya ha mencionado esta situación en 11,28 de la misma epístola, diciendo: “mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas las Iglesias. ¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin que yo me abrase?”.

3.- Para otros se trata de los percances sufridos. Dice en 11,23 “Más en trabajos; más en cárceles; muchísimo más en azotes; en peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno. Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el abismo. Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez.”. o tal vez se trataba de que había contraído la malaria, que uno de sus síntomas es fuerte dolor intracraneal, por lo que dice a los gálatas “os habríais sacado los ojos por mí” (4,15).

4.- Pienso yo que tal vez se trataba de una úlcera gastroduodenal, cuyo dolor con frecuencia se presenta en los cambios de estación y por eso se acuerda y dice en el texto de hoy, que tres veces le ha pedido al Señor… Si bien hoy en día se ha descubierto que en la mayoría de los casos este mal lo causa la bacteria Helicobacter pylori, presente en muchos, sin que cause dolor, se le atribuye también la influencia del estilo de vida y Pablo, con seguridad, sufriría en muchas ocasiones, crisis de estrés, debido a tantas ocupaciones, preocupaciones, pánicos y dolores por los que pasaba. (No os extrañéis, mis queridos jóvenes lectores, para nombrar con exactitud la bacteria causante de este dolor de estómago, que para colmo, es motivo de muy mal humor, he recurrido al inefable google).

5.- Fuera la que fuera esta molestia, nos lo confía y nos añade que le sirve espiritualmente para ser humilde y confiar en la fuerza de Cristo.

Admiración sentiremos al saberlo, debemos aprender también nosotros, a no ser personas encerradas en sí mismas, a confiar y compartir bienes y males.

En el episodio que nos cuenta el evangelio de hoy, Jesús pasa por un vulgar trance, primero de asombro, después de humillación. Digo vulgar porque a muchos otros sucede. Que el Hijo Unigénito de Dios-Padre sufra desaire, ya es el colmo, es como para retornar al Cielo, pienso yo. Padece desconsuelo, pero no pierde la esperanza en los hombres a los que ha venido a redimir, de los que se ha hecho vecino y compañero.

6.- Ya lo sabéis, mis queridos jóvenes lectores, cuando una organización organizada, organiza un acto de postín, acude a gente de fuera, que suene, pero que no sea conocida, que deslumbre, aunque nada consiga. A Jesús, los de Nazaret, le conocían de toda la vida, que hubiera salido a trabajar fuera, sin alejarse demasiado, ejerciendo un oficio y aprendiendo lenguas y la Torá, allí donde podía, les extrañaba. Sin duda era un habitante del lugar un poco raro. Pero no les era extraño su entorno familiar. Extraño sí, original también, pero grande e ilustre, no lo tenían por tanto. Les faltó Fe y sin ella poco podía hacer el Maestro. Ahora bien, su misión no estaba limitada a su ciudad, así que se fue a otros barrios.

7.- ¿Habéis pensado vosotros que la riqueza de vuestra Fe, la recibisteis para propagarla a los demás? Si no os veis capaces de conseguirlo en vuestro entorno geográfico, hoy el espacio virtual, está abierto a todo el mundo. Por diferentes sistemas, diferentes métodos de Internet se os abren nuevos caminos. Nadie os condicionará por ser joven o ser mujer, que en el espacio físico sí que apariencia o sexo condicionan. En el espacio virtual, solo lo que escribáis y reforcéis con vuestra oración, vale. Escribir o “copiar y pegar” un escrito que consideréis útil a otros y enviárselo.