5 de Octubre. Día de Acción
de gracias y Petición: Mt 7, 7-11
Este día 5 de
Octubre tradicionalmente, al menos en el mundo occidental, se ha considerado
por
El evangelio nos
habla de la petición. Jesús nos insta a la petición a Dios. Es una manera de
podernos unir a Dios, que es el ideal y la grandeza del ser humano. Cuando
hablamos de petición y de donación por parte de Dios, surgen algunas
dificultades por el hecho de que Dios es inmutable. Si Dios no puede cambiar y
tiene sus leyes eternas, nosotros no podríamos otra cosa que seguir esas leyes
lo mejor que podamos. Sin embargo Jesús nos dice que pidamos porque
encontraremos respuesta bondadosa por parte de Dios. Es inmutable, pero todo
está ordenado atendiendo ya a lo que la libertad humana puede hacer. La oración
es el triunfo del amor de Dios. Si Dios es sobre todo amor, puede acercarse a
nosotros y responder a nuestros deseos.
Jesús revoluciona
el sentido de oración. Antiguamente eran sobre todo fórmulas, que se recitaban
como algo mágico. Para Jesús es un hablar con Dios, como nuestro Padre. Dios es
persona o son tres personas, y nosotros hablamos y nos unimos en amor con Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo. La petición es al mismo tiempo una alabanza,
porque reconocemos el honor y la gloria de Dios y es un
acción de gracias por lo que hemos recibido y por lo que esperamos recibir.
Y viene la
dificultad de siempre: Pido muchas cosas y no se me conceden. Ya decía san
Agustín que “si tu oración no es escuchada, es porque no pides como debes o
porque pides lo que no debes”. Un padre bueno siempre escucha y da cosas
buenas. Esto es lo que nos dice hoy el evangelio: Si un padre bueno da cosas
buenas a su hijo ¿Qué no nos dará Dios? Dios siempre escucha la oración, porque
está con nosotros o dentro de nosotros. Dios además nos quiere más que nosotros
mismos, y además sabe lo que necesitamos aun antes de que se lo pidamos. Pero
quizá somos como el niño pequeño que pide un cuchillo cortante sólo porque es
bonito; pero el padre no se lo da. Así nos puede pasar muchas veces. Pero de
hecho nos dará algo que sea mucho mejor. Esto porque la oración siempre
consigue algo bueno de Dios. Y aunque nos sirva sólo para unirnos más con El,
ya hemos conseguido mucho, porque lo importante es ponernos en sintonía con
Dios Padre y estar siempre en su presencia.
Muchas veces hemos
oído que para que una oración de petición sea eficaz se necesita: atención,
humildad, confianza y perseverancia. Atención es lo mismo que sentir o reavivar
la presencia de Dios en nuestra vida. Humildad porque ante Dios debemos
sentirnos pequeños, como niños. Confianza especialmente si pedimos lo que
sabemos agrada a Dios, como es el bien de las almas y de
También es
necesaria la perseverancia, no totalmente necesaria para quien está siempre en
las manos de Dios, como lo estaba