XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B.
Misioneros al servicio del Reino de Dios
Misioneros en el mundo actual
El mes de Octubre es el mes misionero de la Iglesia Católica y
está dedicado a tomar conciencia de esta dimensión esencial de la Iglesia.
Merece la pena recordar a los trece mil misioneros y misioneras españoles, a
los diez mil italianos, a los dos mil polacos y a los de todos los demás países
que, en los lugares de mayor dificultad y penuria de la tierra, están
entregando sus vidas por Jesús y por el Evangelio. Es tiempo de ofrecerles todo
tipo de apoyo y nuestra oración. En la actualidad unos trece mil misioneros
españoles se encuentran repartidos en 128 países de los cinco continentes, de
los cuales el 70% está en América, seguidos del 12% en Europa y de otro 12% en
África. Asia cuenta con el 5,4% mientras que Oceanía con un 0.4%. De todos
ellos el 54% son mujeres y el 46% hombres.
Misioneros asesinados en el mundo
No se comenta mucho en los medios de comunicación pero creo que
es un dato de gran interés en el mundo de hoy el número de misioneros que dan
su vida en el cumplimiento de su misión como testigos del Evangelio. El año
pasado fueron asesinados en todo el mundo 23 misioneros: trece sacerdotes, un
religioso, una religiosa, ocho laicos. El número más alto se ha registrado en
América, donde han sido asesinados once misioneros, y en África, donde los asesinados
han sido diez. Desde el año 2000 al 2016 han sido asesinados en el mundo 424
misioneros, de los cuales cinco obispos.
La gran misión de la Iglesia
Estos datos pueden contribuir a reforzar el valor y el sentido
de la misión en la vida cristiana y a revitalizar la fe de la Iglesia para
poner a Jesucristo, el Señor, como centro de la vida de los creyentes y como
anuncio de la presencia transformadora del Evangelio de Dios en el mundo, en
los diversos pueblos y culturas y en las múltiples situaciones de dolor y de
sufrimiento de esta humanidad nuestra. Ésta es la gran misión que la Iglesia ha
de llevar a cabo por medio de la palabra evangelizadora y del testimonio
realmente misionero de los cristianos comprometidos tanto en la vida ordinaria
como en los testigos consagrados por entero a la evangelización.
El evangelio invita al seguimiento radical de Jesús
En el evangelio de la vocación frustrada del rico que no quiso
seguir a Jesús aparece la figura de Jesús como Buena Noticia extraordinaria,
que debe motivar el seguimiento radical de todo discípulo. Y en el marco del
Sínodo de los Obispos dedicado al tema de los jóvenes, que se desarrolla
durante estos días en Roma, podemos decir que el anuncio y el testimonio de
Jesús por parte del discipulado constituyen el eje de la Nueva Evangelización.
Fijándonos en este evangelio (Mc 10, 17-31) se pueden distinguir fácilmente
tres partes: un rico religioso y cumplidor que quiere ganarse la vida eterna
(Mc 10, 17-22), la constatación, por parte de Jesús, de la dificultad de los
ricos para entrar en el Reino de Dios (Mc 10, 23-27), y las consecuencias de
convertirse en auténticos discípulos de Jesús (Mc 10, 28-31). El hilo conductor
de esta composición de escenas originariamente distintas es el tema del
seguimiento. La invitación de Jesús a seguirle para entrar en la dinámica del
Reino de Dios, como propuesta alternativa a los sistemas de valores vigentes en
su época y en la nuestra, es una llamada cuya radicalidad reclama nuestra
atención.
Cambio de perspectiva religiosa en el seguimiento de
Jesús
La propuesta de Jesús afecta, en primer lugar, a la concepción
de la vida religiosa, mostrando las consecuencias de una existencia centrada
realmente en Dios, el único bueno y todopoderoso por excelencia. Cuando Jesús
responde al que era rico, en el diálogo queda de manifiesto, desde la
perspectiva de Jesús, la insuficiencia de toda religiosidad limitada al
cumplimiento de los mandamientos y legitimada por las tradiciones recibidas del
pasado, pero incapaz de corresponder a la novedad inédita de Jesús.
Las particularidades del evangelista Marcos
Hay muchas particularidades genuinas de Marcos en esta escena de
las cuales se podrían destacar algunas: 1º) en la enumeración de los
mandamientos destaca la inserción entre los ellos de una prohibición
específica, “no defraudes” (Mc 10,19), 2º) el énfasis en la doble reacción de
Jesús que “fijándose en él, lo amó” (Mc 10,21), 3º) la triple reiteración de la
gran dificultad de los ricos para entrar en el Reino de Dios (Mc 10,23.24.25), 4º)
el poder de Dios por encima de lo imposible (Mc 10,27), 5º) la recompensa
sobreabundante en este mundo y en el futuro para los seguidores del Evangelio,
con la nota de las persecuciones, ineludibles en el discipulado fiel (Mc
10,30). Teniéndolas en cuenta todas ellas resaltaremos lo más importante.
El amor de Jesús, principio del seguimiento misionero
El amor de Jesús que se fija en cada persona constituye el
principio y la razón más profunda del cambio de vida en los que aceptan la
llamada al seguimiento radical para la misión. Los imperativos de Jesús (Cuanto
tienes véndelo y dalo a los pobres… y ven, sígueme) pueden ser
creadores de una nueva vida, centrada en él, pues sólo con él y desde él se
puede percibir la sabiduría de su palabra, con la cual vienen todos los bienes
(cf. Sab 7,11). Y es que la llamada del Señor no es
una mera propuesta de vida en la renuncia y en la abstinencia, cargada de
aspectos negativos, sino que es una oferta positiva de vida nueva, para ir con
él y siguiendo sus pasos, y ésa es ya la recompensa, ya que él es la fuente de
la alegría y de la libertad. Esa nueva forma vida tiene su origen en su inmenso
amor y en su mirada penetrante. Jesús no llama a nadie para amargarle la vida
sino para vivir en el amor y en la amistad con él. Seguir a Jesús es entrar ya
en el Reinado de Dios.
El Reinado de Dios concentra la vida en Dios como Señor
Además, la novedad de Jesús en la concepción del Reino de Dios
reclama la concentración de la vida en Dios y sólo en Dios como único Señor,
así como la renuncia a las posesiones y a la acumulación de bienes como centro
de atención de la existencia. La entrada en la vida eterna y en el Reino
requiere el seguimiento de Jesús, mediante el reconocimiento de su identidad y
mediante la comunión con él, con su trayectoria y con su misión. En la
respuesta al rico, que cumplía religiosamente los mandamientos prescritos en el
Antiguo Testamento, Jesús dice que le falta una cosa, pero cuando lo explica no
se trata de una sino de varias que van tan íntimamente asociadas, como
paralelismos literarios, que en realidad constituyen una sola realidad.
La atención a los pobres, exigencia fundamental del
discípulo misionero
Vender los bienes para darlo a los pobres es proclamar la
entrega solidaria a los más necesitados como exigencia fundamental del
discipulado. Por ello la opción por los pobres no es algo secundario en la vida
cristiana ni un carisma específico de una determinada espiritualidad en el
marco de la Iglesia, sino que se trata de una opción fundamental de todo
cristiano en el seguimiento de Jesús. Así de radical es la opción prioritaria
por los pobres en la llamada que Jesús hace. Esto es lo que ha sido
constantemente ratificado en la Iglesia Latinoamericana con la “opción
preferencial y evangélica por los pobres” presente en las conferencias del
CELAM y consolidada de forma magistral por los papas posconciliares,
particularmente por el Papa Francisco.
Cambio de mentalidad, centrado en los pobres
La verdadera conversión a Dios y a su Reino requiere un cambio de
mentalidad que permita orientar la mirada y la atención hacia los más pobres de
esta tierra, hasta convertirlos en el centro de nuestra perspectiva de la vida
y situarlos en el primer plano de la preocupación de los cristianos, pues ellos
han de ser los beneficiarios primeros de los bienes de que dispongamos. La
renuncia a los propios bienes en favor de los pobres es condición ineludible
para el seguimiento. Qué importante es escuchar hoy esta interpelación de
Jesús, especialmente en la vieja Europa, donde las dificultades económicas
siguen avanzando y va ganando terreno a pasos agigantados el empobrecimiento de
masas sociales de la así llamada clase media.
Los nuevos santos de este domingo
Esta opción por los pobres es el gran testimonio que avala a
algunos de los santos que hoy canoniza la Iglesia, particularmente a Pablo VI,
a Oscar Romero y a Nazaria Ignacia, la primera santa
de Bolivia, quienes de forma diferente dieron testimonio con sus vidas de esta
orientación radical del Evangelio. Con toda la Iglesia nos felicitamos por su
ejemplo y por su impulso misionero evangelizador para el tiempo presente.
Ruptura con el sistema del dinero a favor de los pobres
Tras la retirada del rico que rechazó la invitación de Jesús, el
Señor constata y reitera la enorme dificultad de los ricos y opulentos para
entrar en el Reino de Dios y acoger afectiva y efectivamente el mensaje del
Evangelio. Hasta tres veces repite Jesús la incompatibilidad existente entre el
Reino de Dios y la acumulación de riqueza. La propuesta de Jesús supone una
auténtica conversión, un cambio de mentalidad, de conducta y de formas de vida,
es una ruptura personal con el dinero y con el sistema de vida y de valores que
éste configura. Mediante la donación de los bienes a los pobres la renuncia al
dinero esa propuesta de Jesús se convierte en algo irreversible y definitivo.
De este modo los seguidores de Jesús se identifican con su maestro, se convierten
también en pobres y entran plenamente en el dinamismo del Reinado de Dios.
El Domund 2018, oportunidad
para apoyar la misión de la Iglesia
El próximo domingo, día del Domund, la
Iglesia celebra que la llamada a convertirse en verdaderos testigos de la fe
por la causa de Jesús y por el Evangelio ha calado profundamente en miles de
hombres y mujeres, misioneros y misioneras. Todos los mensajeros del Evangelio,
por su entrega total de la vida, y frecuentemente sufriendo persecuciones, son
un signo vivo del Reinado de Dios en nuestro mundo y un estímulo para que todos
nos tomemos en serio la fuerza imperiosa del Evangelio, como palabra viva,
eficaz y cortante de Dios, pero al mismo tiempo como palabra potente para
transformar el mundo y los corazones de las personas.
José Cervantes Gabarrón, sacerdote misionero y profesor
de Sagrada Escritura