II Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.

 

DIOS DE FIESTA, DIOS DE ALEGRÍA, DIOS ENAMORADO

 

Padre Pedrojosé Ynaraja

 

1.- El poema de Isaías que cierra la primera lectura de la misa de este domingo que reza así: “No se dirá de ti jamás «Abandonada», ni de tu tierra se dirá jamás «Desolada», sino que a ti se te llamará «Mi Complacencia», y a tu tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacerá en ti, y tu tierra será desposada. Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios”, este poema, me recuerda la confesión de Jeremías: “Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido… Yo decía: «No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre.» Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía. (Jr 20, 7). Y, puestos a hablar de amor, no se puede olvidar las de Oseas “Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. Y sucederá aquel día - oráculo de Yahveh - que ella me llamará: Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío”. (2, 16ss).

 

2.- Situados en este terreno, evidentemente, hay que referirse a todo el Cantar de los Cantares, las más bellas páginas reveladas, dedicadas a la pasión y la ternura humana. Entre los animales puede existir atracción y permanencia, pero el enamoramiento es realidad genuinamente humana. Tan propia del que fue creado a imagen y semejanza de Dios, que cuando quiso “retratarse” a sí mismo respecto a la humanidad, utilizó estas imágenes. Porque tal vez no fueron suficientes, vino el Hijo y nos confió que entre su Padre y nosotros existía una relación semejante a la de un buen padre con su progenie.

 

3.- Importaba y preocupaba a los autores, e importa y preocupa aun, la honestidad o no, de las relaciones prematrimoniales. La moral sexual, terreno que la Biblia no ignora, no es excesivamente severa, en las normas y en las narraciones de personajes que no le fueron fieles. Siempre hay un trasfondo de posible, deseable y de algún modo explicable, benignidad.

 

4.- Os advierto, mis queridos jóvenes lectores, que estoy totalmente de acuerdo con las doctrinas de la Iglesia y le he sido fiel y a ellas me remito siempre.

 

Ahora bien, con la misma sinceridad, os confieso que me preocupa más actualmente la general ausencia de enamoramientos.

 

5.- No hace mucho, quien no se dirigía hacia el matrimonio, quien fracasaba en sus noviazgos, o no intentaba vivir para siempre enamorado, se le consideraba un fracasado, se decía que “no servía más que para vestir santos” o despectivamente se le llamaba solterón o solterona. Ellos y ellas. En la actualidad parece que a nadie esto le preocupa.

 

6.- Os pregunto a vosotros, preguntaos vosotros a vosotros mismos: ¿he estado enamorado? ¿estoy enamorado? ¿quiero estar enamorado para siempre? Dios está enamorado del hombre, ya lo habréis leído en las citas.

 

El evangelio correspondiente al día de hoy se sitúa también en el mismo terreno.

 

7.- Caná de Galilea era una población próxima a Nazaret, de la que le separaban unos 10km. ¿correspondía exactamente a la que la tradición señala hoy? Es bastante común aceptarlo. Algunos la emplazan un poco más al sur y también se ha atribuido su ubicación a terrenos que hoy corresponden al Líbano. Os repito que la tradición que se atribuye el honor de ser cuna de Bartolomé y emplazamiento de la fiesta que enmarca la boda a la que asistía María, con su Hijo Jesús y sus amigos, tiene muchos visos de certeza.

 

8.- Para más inri, no hace mucho se ha descubierto en las proximidades de Caná una antigua “industria” de fabricación de grandes tinajas de piedra, muy apta para los menesteres que ocuparon al servicio, mayordomo y camareros, de la boda. No es de caliza dura como la de los recipientes que puede uno ver, tanto en la iglesia latina, como en la ortodoxa, más bien corresponde a una toba semejante a la de la gruta de la Anunciación. Lo curioso del hallazgo es que se han encontrado recipientes acabados y perfectamente conservados, que se podían mover sin excesivo esfuerzo, ya que las paredes de los depósitos no eran excesivamente gruesas.

 

9.- Una boda en Nazaret, aun hoy en día, es un acontecimiento que repercute en toda la población. Se forma una caravana de coches que recorren la ciudad, tocando todos repetidamente el claxon. Algo de esto he conocido personalmente. Estaba en Nazaret con un franciscano amigo que me dijo: vente conmigo a Caná, un matrimonio celebra sus bodas de plata. Un poco acobardado, pero con mucha ilusión fui. Aceptado por la familia su única preocupación fue encontrarme a alguien que supiera francés para hacerme la estancia más grata. Éramos muchos los invitados y la alegría, cantos, bailes y dulces, era admirable. En aquellas tierras no se ha perdido la virtud de la hospitalidad. Los protagonistas de la fiesta eran sin duda los novios. La protagonista de la ternura Santa María. El bueno entre los buenos, Jesús. Ambos actuaron un poco a escondidas. Era el primer milagro.

 

10.- Cuando los jueves rezo el rosario y me encuentro con el segundo misterio, lo rezo ilusionado diciéndole a Nuestra Señora: mira, fíjate, a mí me falta esto o lo otro, aquel o aquellos otros de más allá necesitan ayuda para no perecer de pena, enfermedad o miseria, ¡anda! Díselo a tu Hijo. Y continúo con las diez avemarías. Soy pesado y machaco el clavo, mis queridos jóvenes lectores ¿estáis enamorados? ¿vivís enamorados? Escuchad y aprended de Dios.