III
Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
El
Cristianismo es Cristo
El primer mensaje del Papa
Francisco en JMJ
Con estas palabras el Papa Francisco ha centrado en
Cristo su primer discurso ante miles jóvenes de toda la tierra en la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ 2019) en Panamá. Lo ha hecho citando a uno de los
últimos santos y mártires de América, SanOscar Romero, que
decía: «El cristianismo no es un conjunto de
verdades que hay que creer, de leyes que hay que cumplir, o de prohibiciones.
Así el cristianismo resulta muy repugnante. El cristianismo es una Persona que
me amó tanto, que reclama y pide mi amor. El
cristianismo es Cristo» (Homilía, 6 noviembre 1977).
Cristo es el ungido para
evangelizar a los pobres
El nombre de Cristo deriva del verbo ungir (en griego chrio) e
indica la acción potente del Espíritu de Dios en Cristo como inicio de su misión y del
comienzo de su ministerio público, cuyo primer objetivo es la evangelización de los pobres.
Es la única vez que Lucas utiliza este verbo en su evangelio (Lc 4,18) en la escena específica de su presentación en la
sinagoga de Nazaret, que hoy leemos (Lc 4,16-30).
También para nosotros, el hecho de llamarnos cristianos y de haber sido ungidos
con el crisma en
el bautismo debe suponer ser como Cristo en nuestra conducta y orientar nuestra
vida hacia la
evangelización de los pobres de toda la tierra, en virtud de la
presencia del Espíritu del Señor en nuestra vida.
El mensaje liberador del Evangelio
El mensaje
liberador del evangelio en el texto singularísimo de Lucas pone a los pobres como centro de la mirada de Jesús y
como destinatarios prioritarios del amor y de la liberación que lleva
consigo la gracia del Señor con el anuncio de salvación de todos los hombres.
Nuestra iglesia y nuestro mundo tienen la posibilidad de comprender mejor
y de llevar a la práctica el
carácter liberador del Evangelio de Jesús, que sigue siendo Hoy la gran palabra
que conduce a la visión nueva del ser humano y de la sociedad y abre
senderos de libertad y de gracia para todos los pueblos de la tierra, superando
todo tipo de fronteras, muros y divisiones entre pueblos, sociedades y culturas.
Jesús lee e interpreta
proféticamente la Escritura
Ojalá que esta palabra sea
escuchada Hoy en nuestro mundo y, como en el texto de Nehemías (Neh 8,2-10) podamos hacer lafiesta de la Palabra,
que es Jesús, y del libro que
la comunica a lo largo de largo de toda la historia, que es la Biblia. En la escena
evangélica lucana (Lc 4,16-30) Jesús abre la Escritura en
el pasaje que proclama la misión profética de Isaías por encargo divino (Is 61,1-3). Pero Jesús no solamente lee la Escritura
sino que al mismo tiempo la abre y la interpreta. La singularidad de su
proclamación y lo asombroso de su interpretación contrasta con la
reacción negativa de sus convecinos nazarenos. "El
Espíritu del Señor está sobre mí
porque él me ungió para evangelizar a los pobres, me ha enviado a anunciar a
los cautivos
liberación y a los ciegos visión, a poner a los oprimidos en libertad, a proclamar el año de gracia del
Señor" (Lc 4,18-19).
La nueva visión para los
empobrecidos y oprimidos
El núcleo del mensaje de
Jesús al asumir las palabras del profeta Isaías pone un énfasis en la nueva visión que él
proclama para los ciegos y, podríamos decir también, para los obcecados. Es
preciso abrir los ojos para ver la realidad como la ve Jesús, de modo
que, concentrando la atención, como los profetas, en los empobrecidos, en los oprimidos y en
los cautivos,
se abran loscaminos
de la gracia que orienten a las gentes de todos los pueblos
hacia una vida digna y
hacia la libertad. Éste es el mensaje de Jesús.
Los primeros destinatarios del
Evangelio son los pobres
Los primeros destinatarios de
su mensaje liberador son los pobres. Su mirada está centrada en ellos y
nos sigue apremiando para que, estrechamente vinculados con él, los que
formamos un solo cuerpo,
activemos una respuesta
solidaria y liberadora. La novedad de la visión de un mundo como un
único cuerpo en el que todos los miembros se necesitan y buscan el bien
de todos los órganos se fundamenta en la dignidad de cada uno y en el
dinamismo espiritual de todo el organismo (cf. 1 Cor
12,12-30). Pero la atención
a los empobrecidos del mundo y la solidaridad con las víctimas
de la constante tragedia de la pobreza económica en cualquier parte del planeta
son desafíos que reclaman no
sólo sentimientos solidarios sino respuestas
operativas y
permanentes, estructuradas y organizadas, desde
el amor y la justicia, que nazcan de una nueva cultura samaritana, de
una nueva mentalidad altruista y de una nueva visión liberadora de las
personas y de los pueblos.
El Hoy permanente del Evangelio
En el "Hoy"
pronunciado por
Jesús al presentarse en Nazaret están todos los días de la historia en
que él nos abre el Evangelio
liberador y con él la perspectiva de la fraternidad humana,
siempre abierta a los pueblos de toda la tierra. El texto de Isaías
citado por el evangelio de Lucas es un pasaje del Tercer
Isaías (s. VI a.
C.) en el contexto de la tradición antiquísima de los años sabáticos y jubilares de Israel, en
cuanto instituciones sociales, económicas y religiosas del pueblo de la
Alianza, tendentes al reajuste de los múltiples desequilibrios sociales,
de las desigualdades económicas y de las injusticias clamorosas que en el
transcurso de la historia se producían en el seno del pueblo de Dios.
Un año de gracia del Señor
La misión del profeta consiste en
la proclamación del año de
gracia del Señor como un tiempo de alegría y de liberación para
los pobres, los oprimidos y los cautivos. El año en que leemos a San Lucas cada
domingo es un año propicio para renovar en todo cristiano este sentido
profético de alegría y de libertad. La misión del profeta es llevar la buena noticia a los
pobres y el anuncio gozoso de
la libertad para los cautivos. Este magnífico oráculo destila la
alegría de la liberación y del consuelo por el cambio de situación que ha
de producirse en Israel de donde desaparecerá la injusticia, la opresión
y la pobreza. Jesús hace suyas aquellas palabras de Isaías para
presentarse ante los suyos en Nazaret como portavoz de un año de gracia
del Señor, consistente en el anuncio de la Buena Noticia a los pobres y
de la liberación de los oprimidos.
La liberación de los oprimidos y de
los pobres
Éste fue el objetivo prioritario de
su mensaje y de su actividad mesiánica y profética. Sin embargo, en el
evangelio de Lucas, Jesús hace una lectura algo diferente del texto de Is 61,1-2. Al insertar la frase "libertar a los
oprimidos" de Is 58,6 y eliminar la de "un día
de venganza" está
dando una orientación más precisa a su misión evangelizadora, acentuando
el sentido liberador y profético de su unción divina. Los pobres carecen
de medios básicos para una vida digna, los cautivos son los endeudados carentes
de recursos económicos para afrontar sus deudas y privados por ello
también de libertad, los ciegos carecen de visión, y los oprimidos, de
libertad.
En Jesús se cumple la Escritura
profética
Con la combinación de textos isaíanos resalta el marcado carácter liberador de la interpretación
de Jesús. Su intervención profética liberadora a favor de los
empobrecidos, de los cautivos por endeudamiento y de los oprimidos,
delata la situación opresora de la que son víctimas. Tras su
lectura en la sinagoga Jesús afirma
solemnemente: "Hoy se ha cumplido ante vosotros esta
Escritura" (Lc 4,21). En su persona, en
su interpretación de la Escritura, en su mensaje evangelizador se
actualiza la intervención portentosa de Dios a favor de los empobrecidos
de la tierra y en contra de los enriquecidos a costa de aquellos.
Sentido universal del mensaje
liberador de los pobres
La omisión evangélica del "día de venganza" anunciado
en Is 61, 1-2 no
elimina el sentido de juicio
crítico del día
del Señor ni del año de gracia. El juicio contra los poderosos, contra
los ricos, los explotadores y los tiranos está presente en este evangelio
con un énfasis especial. Por ejemplo, en el cántico de María al comienzo
del Evangelio (Lc 1,46-55) se hace patente la
confianza en el Dios que da pan a los hambrientos y despide de vacío a
los ricos, que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. La
cancelación de las palabras de venganza en el texto programático de Lucas
no se ha de entender como una pérdida de radicalidad del sentido profético
de la justicia social en el año de gracia, sino más
bien con una orientación diferente del mismo y que,
según el texto lucano que leeremos la próxima semana, nos abre a una comprensión universalistadel mensaje evangelizador y
salvífico de Jesús. Todos los cristianos hemos sido ungidos para llevar a cabo
la misma misión liberadora de Cristo a
favor de los empobrecidos de toda la tierra.
Los cristianos constructores de
puentes, no de muros, entre la gente
El papa Francisco también ha insistido
en su primer mensaje a los jóvenes de la JMJ en el sentido
universal del amor y en la necesidad de que los jóvenes trabajen en la construcción de puentes, y no de
muros, entre la gente, al decir: «Con sus gestos y actitudes, con sus
miradas, sus deseos y especialmente con su sensibilidad desmienten y
desautorizan todos esos discursos que se concentran y se empeñan en sembrar
división, en excluir o expulsar a los que no son como nosotros» [...] «El amor
verdadero no anula las legítimas diferencias, sino que las armoniza en una
unidad superior» (Papa Benedicto). Y «¿Ustedes qué
quieren ser?» -ha preguntado el papa Francisco- «¡Constructores de
puentes! » - han
respondido los jóvenes-.
La opción cristiana por los pobres
procede del Espíritu
El mensaje liberador del Evangelio
es para los cristianos, por
ser ungidos como Cristo e impulsados por el Espíritu del Señor, la principal
fuente espiritual de nuestra identidad y de nuestra misión en la opción prioritaria por los pobres y en la ruptura de barreras
y de fronteras, siguiendo a Jesús de Nazaret.
José Cervantes Gabarrón, sacerdote
misionero y profesor de Sagrada Escritura