Deuda eterna
El sistema capitalista engendra muerte, destrucción, pecado. La
acumulación de capitales genera perdedores, deudores en cadena. Son
procesos irreversibles, de una parte, la extracción de materias primas que
lleva al saqueo total, dejando a sus legítimos dueños en miseria
generacional por los créditos contraídos y, de otra, la suma de beneficios
que enriquece a unos cuantos, muy pocos por cierto.
¡Deuda extrema, deuda eterna! Las lecturas de este domingo, revierten
esta deuda y lo hacen condonando todo, dejando sólo un ítem pendiente,
también extremo, también eterno: El amor. “ No tengan deudas con nadie,
excepto el amor ”. En cristiano somos deudores, siempre en deuda con los
demás, siempre, Cristiano/a es quien ´ debe ´.
Podemos cancelar nuestras deudas en dinero o en especie según nuestros
acreedores. Pero la deuda del amor nunca resta, siempre multiplica.
Nuestras ´caridades´ no satisfacen todas nuestras obligaciones, incluso, los
llamados ´benefactores´ apenas sí dejan constancia con sus obras de la
deuda pendiente que siguen teniendo con los demás. Los monumentos que
les hacemos o los pergaminos que les damos, son constancia de su deuda
pendiente: El amor.
Y Mateo nos invita a hacer práctico el amor. Construir una fraternidad en
donde no haya procesos contra nadie, sino afecto, comprensión, escucha,
diálogo. Una fraternidad en la que seamos iguales, es decir, no haya jueces,
ni maestros, sino una fraternidad de santos y pecadores que, animados con
la presencia de Dios, vivimos el amor en todas sus dimensiones.
Cochabamba 04.09.11
jesus e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com