EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
Carta de San Pablo a los Colosenses 1,1-8.
Pablo, Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo
saludan a los santos de Colosas, sus fieles hermanos en Cristo. Llegue a ustedes la
gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre.
Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando sin cesar por
ustedes,
desde que nos hemos enterado de la fe que tienen en Cristo Jesús y del amor que
demuestran a todos los santos,
a causa de la esperanza que les está reservada en el cielo. Ustedes oyeron anunciar
esta esperanza por medio de la Palabra de la verdad, de la Buena Noticia
que han recibido y que se extiende y fructifica en el mundo entero. Eso mismo
sucede entre ustedes, desde que oyeron y comprendieron la gracia de Dios en toda
su verdad,
al ser instruidos por Epafras, nuestro querido compañero en el servicio de Dios. El
es para ustedes un fiel ministro de Cristo,
y por él conocimos el amor que el Espíritu les inspira.
Evangelio según San Lucas 4,38-44.
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha
fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida,
ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los
llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los
increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a
buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de
ellos.
Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del
Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Bernardo de Claraval (1091-1153) monje cisterciense, doctor de la Iglesia
Sermón 84, sobre el Cantar de los Cantares, 3
«Todos te buscan....Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para
predicar también allí, pues para esto he venido.» (Mc 1,38)
Que toda alma que busca a Dios sepa que Dios la ha buscado antes, es el
primero en buscarla... «En mi lecho, por la noche, busqué al amor de mi alma» (cf
Ct 3,1). El alma busca al Verbo pero el Verbo la buscó antes... Abandonada a si
misma, nuestra alma no sería más que un soplo que se va y no vuelve. ¡Escuchad
las quejas y lamentos de aquella que yerra después de haber perdido el rumbo: «Si
me extravío como oveja perdida, ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado
tus mandatos» (Sal 118,176). ¡Oh hombre, quieres volver; si dependiera de tu
voluntad únicamente ¿por qué pedirías auxilio?... Es evidente que nuestra alma
quiere volver pero no puede. No es más que un soplo errante que por si sólo nunca
volvería... ¿De dónde le viene esta voluntad? Le viene porque el Verbo la ha
visitado y la ha buscado. Esta búsqueda no ha sido en vano ya que ha suscitado la
voluntad sin la cual no hay retorno posible.
No es suficiente que el alma sea buscado una vez. Como languidece y el
retorno es demasiado difícil...La voluntad la tengo, dice San Pablo, pero no acabo
de hacer el bien, (cf Rm 8,18). ¿Qué es lo que pide, pues, el alma en el salmo
citado? Nada más que ser buscada, porque no buscaría sino fuera buscada, no
insistiría en la búsqueda sino fuera hallada.
San Lucas 4,38-44: «Todos te buscan....Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos,
para predicar también allí, pues para esto he venido.» (Mc 1,38) comentario del
Evangelio por: San Bernardo de Claraval (1091-1153) monje cisterciense, doctor de
la Iglesia Sermón 84, sobre el Cantar de los Cantares, 3
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”