EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
Carta de San Pablo a los Colosenses 1,21-23.
Antes, a causa de sus pensamientos y sus malas obras, ustedes eran extraños y
enemigos de Dios.
Pero ahora, él los ha reconciliado en el cuerpo carnal de su Hijo, entregándolo a la
muerte, a fin de que ustedes pudieran presentarse delante de él como una ofrenda
santa, inmaculada e irreprochable.
Para esto es necesario que ustedes permanezcan firmes y bien fundados en la fe,
sin apartarse de la esperanza transmitida por la Buena Noticia que han oído y que
fue predicada a todas las criaturas que están bajo el cielo y de la cual yo mismo,
Pablo, fui constituido ministro.
Salmo 54(53),3-4.6.8.
Dios mío, sálvame por tu Nombre, defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica, presta atención a las palabras de mi boca.
Pero Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén:
Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu Nombre, porque es bueno
Evangelio según San Lucas 6,1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban
espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en
sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus
compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden
comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín (343-430) obispo de Hipona, doctor de la Iglesia
Comentario sobre el libro del Génesis
«Acuérdate del sábado para santificarlo.» (Ex 20,8)
Ahora que estamos en el tiempo de la gracia que nos ha sido revelada, la
observancia del sábado, antiguamente simbolizada por el reposo de un solo día, ha
sido abolida para los fieles. En efecto, en este tiempo de gracia, el cristiano observa
un sábado perpetuo si hace todas las obras buenas con la esperanza del reposo
futuro y no se gloría de sus obras como si fueran un bien propio y no un don
recibido.
Así, recibiendo y comprendiendo el sacramento del bautismo como un sábado,
es decir, como el reposo del Señor en el sepulcro (cf Rm 6,4) el cristiano reposa de
sus obras antiguas para caminar, desde ahora en una vida nueva, reconociendo que
Dios obra en él. Dios es quien, a la vez, actúa y reposa, reconociendo a su criatura
la actividad que le es propia y también el gozo de un reposo perenne en Dios.
Dios ni se cansó al crear el mundo, ni ha recobrado sus fuerzas después de la
creación, sino que ha querido invitarnos con estas palabras de la Escritura: «Dios
descansó el día séptimo...» (Gen 2,2) a desear su reposo dándonos el precepto de
santificar este día (cf Ex 20,8).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”