San Lucas 6, 37-42:
“Den y se les dará”
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. CONTAR SIEMPRE CON EL BUEN ENTENDIMIENTO DE NUESTRO PRÓJIMO
Continuando con el sermón de la llanura, Jesús nos trae algunos importantes consejos de
cómo se debe actuar en diferentes asuntos. El Señor hace esto, porque considera que son muy
beneficiosos para nuestra relación fraterna con nuestros semejantes, El nos hace ver la ventaja
e influencia de un trato favorable, y así, podemos contar siempre con el buen entendimiento de
nuestro prójimo. Del mismo modo, con esta actitud, podemos conseguir reciprocidad en la
buena convivencia.
2. NO JUZGUEN Y NO SERÁN JUZGADOS
"No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán
perdonados”. En efecto no es bueno creer que podemos valorar las acciones y las condiciones
por las que pasan nuestros hermanos y emitir opiniones o juicios, e incluso una sentencia,
porque no tenemos autoridad sobre ello, y por otra parte, para que los demás no lo hagan con
nosotros de igual forma. No estamos llamados a imponer penas y castigos, pero si debemos
ser misericordioso. Perdonen dice Jesús, esto es, libremos de la pena que le causa dolor,
daño, molestia o castigo a un hermano, pero con la obligación de no tenerlas en cuenta y
olvidarla para que la persona no sea perjudicada. Si actuamos de esta manera, ellos actuaran
de la misma forma con nosotros.
3. DEN Y SE LES DARÁ.
Den y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y
desbordante. ¿Que es lo que Jesús nos pide dar?. Dar es regalar, ceder voluntaria y
gratuitamente, y sin pensar en pedir retribución, es poner en manos de otra persona lo que ella
necesita, jamás lo que nos sobre o no nos sirve. Es proporcionar, proveer, asignar o adjudicar
según lo que corresponde. Pero también es sugerir, indicar, otorgar o conceder como una
gracia. Nuestros actos de amor al prójimo es dar, perdonar una ofensa es dar. Transmitir,
advertir o comunicar una enseñanza es dar. Si esto hacemos, eso recibiremos, y como dice
Jesús, será una buena medida, apretada, sacudida y desbordante.
4. LA MEDIDA CON QUE USTEDES MIDAN
Y luego nos agrega esta advertencia: “Porque la medida con que ustedes midan también se
usará para ustedes". Con la misma referencia que comparamos, no van a comparar, con la
misma cualidad que apreciamos y enfrentamos a un hermano nos apreciaran y nos
enfrentaran, con las mismas palabras que tratamos, seremos tratados, si somos moderados,
nos trataran con moderación, si somos afables, recibiremos afecto, pero si somos huraños e
intratables, nos podemos esperar un trato cordial.
5. "¿PUEDE UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO?
Además Jesús nos hace esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán
los dos en un pozo? Hay muchos tipos de ceguera, porque no solo es ciego el que esta privado
de la vista, también es ciego el que esta ofuscado o incapacitado para pensar con claridad, y el
que esta poseído o dominado por un sentimiento o por una inclinación fuerte, un resentimiento
que lo tiene ciego de ira.
Es bueno reconocer nuestro grado de ceguera, pero mejor es si admitimos que ansiamos la
luz, la luz de la verdad, la luz para llegar a Jesucristo, esa que alumbra en plenitud.
6. LAS ACCIONES MÁS INHUMANAS QUE NOS AVERGÜENZAN FRENTE A DIOS.
Todos los hombres hemos caminados desorientados, muchas veces caminamos en busca de
la verdad, todos nos equivocamos, entendemos mal las cosas o no las entendemos,
deformamos la realidad o la distorsionamos, cambiamos el sentido de los acontecimientos, y
enceguecido hemos guiados a otros, ¿A dónde?. Es así, como a través de esta forma, el
hombre en la historia ha caído y ha hecho caer a los hombres en los actos más indignos del ser
humano. Lo peor es, que muchos lo han hecho en nombre de la justicia o la moral, con tanta
ceguera, que ha defendido doctrinas imposibles de practicar, implantar derechos arbitrarios,
defender errores, propagar doctrinas e ideas detestables y malas, encender odios y así
provocar y desatar las guerras y las acciones más inhumanas que nos avergüenzan frente a
Dios.
Es por esto que nuestra confianza no esta en los hombres, y la ponemos en Jesucristo, para
vernos libres de los errores y sus consecuencias.
7. EL DISCÍPULO NO ES SUPERIOR AL MAESTRO
Dice el Amado Jesús: El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser
perfecto, será como su maestro.
Porque el discípulo es la persona que aprende y recibe la enseñanza del maestro, sigue y
defiende las ideas del maestro, y cuando se tengan todas las condiciones requeridas, o cuando
se posea el mayor grado posible de cualidad, podrá ser como su maestro.
8. ¿POR QUÉ MIRAS LA PAJA QUE HAY EN EL OJO DE TU HERMANO?
Y sigue nuestro amado Jesús: ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves
la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la
paja de tu ojo", tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de
tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Con esta forma plástica que utiliza Jesús para decir algo, consigue dar gran realce a las ideas y
a las imágenes mentales, gracias a la concisión, exactitud o fuerza expresiva con que las
manifiesta. Estas palabras de Jesús, son moniciones clásicas en nuestros labios, incluso,
parece que disfrutamos al emplearlas. Pero entendamos que ellas indican cómo debemos
ejercer la crítica para con los hermanos. Jesús no se refiere a una crítica indiscriminada del
prójimo, sino a la que se debe ejercer en el seno de la comunidad, a la que un hermano hace a
otro hermano, dando por supuesto que se trata de corregirlo para llevarlo al buen camino. La
crítica o corrección fraterna debe hacerse desde una actitud de amor, desde el conocimiento de
uno mismo y la comprensión del otro. Cualquier otro tipo de crítica que no se base sobre estos
presupuestos agrandará las diferencias entre hermanos y romperá los lazos con el prójimo.
9. EN ELLOS VEMOS TODA CLASE DE DEFECTOS
Muchas veces nos fijamos en el prójimo, en ellos vemos toda clase de defectos, en otras,
actuamos como que nos doliera muchísimo el defecto de los demás, y nos parecen feos y
terribles. Sin embargo, muchas veces esos mismos defectos, e incluso mayores, si son
nuestros, nos parecen insignificantes, aún más los justificamos.
Jesús no niega el ejercicio de la crítica; antes bien, la recomienda, pero indicando en qué
condiciones se deben hacer. En primer lugar, no es postura cristiana ni de madurez humana
practicar la crítica con el prójimo sin ejercerla con uno mismo
Jesús nos dice que somos exigentes con los demás, aumentamos sus defectos, y vemos en
ellos cosas insignificantes, pero las agrandamos, como una pequeñísima motita en el ojo ajeno,
y mientras presumimos de una vista clara y nítida, siendo todo lo contrario, porque tenemos en
nuestro ojo una viga.
Si queremos juzgar en conciencia, veamos primero la nuestra, no la comparemos con la de los
demás, comparémosla con la que quiere Dios de nosotros.
El Señor les Bendiga