La capacidad de reconocer el poder de Dios.
12/09/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 7, 1-10
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm.
Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy
querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, les envió a algunos de los
ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al
acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: «Merece que le concedas
ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga».
Jesús se puso en marcha con ellos.
Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle:
«Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que Tú entres en mi casa; por
eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola
palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo
soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: “¡Ve!”, y va; a otro: “¡Ven!”, y viene; y
a mi criado: “¡Haz esto!”, y lo hace.
Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo
seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande». Los
enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano. Palabra
del Señor.
Oración introductoria
Dios mío, te pido me concedas la gracia de iniciar esta oración con la fe del oficial
romano. Deseo profundamente mejorar mi estilo de vida porque he tomado la
decisión y tengo la confianza de que, con tu ayuda, puede llegar a ser un auténtico
testigo de tu amor.
Petición
Señor, no soy digno, pero humildemente te pido que aumentes mi fe para poder
unirme a Ti.
Meditación
«Rezar no significa salir de la historia y retirarse en el rincón privado de la propia
felicidad. El modo apropiado de orar es un proceso de purificación interior que nos
hace capaces para Dios y, precisamente por eso, capaces también para los demás.
En la oración, el hombre ha de aprender qué es lo que verdaderamente puede
pedirle a Dios, lo que es digno de Dios. Ha de aprender que no puede rezar contra
el otro. Ha de aprender que no puede pedir cosas superficiales y banales que desea
en ese momento, la pequeña esperanza equivocada que lo aleja de Dios. Ha de
purificar sus deseos y sus esperanzas. Debe liberarse de las mentiras ocultas con
que se engaña a sí mismo [] En cambio, el encuentro con Dios despierta mi
conciencia para que ésta ya no me ofrezca más una autojustificación ni sea un
simple reflejo de mí mismo, sino que se transforme en capacidad para escuchar el
Bien mismo» (Benedicto XVI, Encíclica Spe salvi , n. 33).
Reflexión apostólica
«El nuevo miembro inicia un camino de formación para conocer mejor su fe católica
y vivirla con creciente amor. Todo ello a través del programa de formación de los
miembros del Regnum Christi » (Manual del miembro del Movimiento Regnum
Christi , n. 62).
Propósito
Al acercarme a recibir la Eucaristía, rezar con atención el Yo no soy digno.
Diálogo con Cristo
Jesús, enséñame a orar. A saber pedir lo que realmente conviene a mi salvación y a
la de mis hermanos. Que sea dócil a tus tiempos y disposiciones y que no me agite
queriéndote imponer lo que YO considero el mejor bien. Que sepa suplicar con
aquella confianza de tu madre santísima en las bodas de Caná, no dudar nunca de
tu cercanía, de tu interés, de tu gran amor por mí, aunque yo no sea digno ni
pueda corresponder, sin tu ayuda, a este gran amor.
«La fe nos lleva de la mano lógicamente al amor de Dios nuestro Señor»
( Cristo al centro, n. 943).