ADVIENTO
1. Finalidad del Adviento
La teología y la predicación del Adviento han de cumplir dos funciones: la
primera indicar el tema teológico fundamental en torno al cual girará el nuevo año
litúrgico. Así nos habituaremos a percibir el mensaje que los diversos años
litúrgicos (años A, B, C) quieren transmitirnos. En el Año Litúrgico A será la teología
del Evangelio de Mateo; en el Año B, será el Evangelio de Marcos; y en el Año C,
será el Evangelio de Lucas.
Una segunda función será la de unir entre si los diversos años litúrgicos.
Todos se mueven, con una fuerte dinámica, hacia la Parusía del Señor. Los dos
años litúrgicos inmediatamente sucesivos son unidos entre sí, por el hecho de que
el tema del último domingo del año en curso (Fiesta de Cristo Rey) es retomado y
ulteriormente desarrollado por el primer domingo de Adviento del año nuevo. En
dicho domingo, la mirada del pueblo de Dios es enérgicamente dirigida no tanto
sobre la primera venida del Señor en Belén, cuanto sobre el retorno escatológico
del Señor al final de los tiempos.
Los sucesos salvíficos de la doble parusía del Señor no se pueden disociar ni
contraponer. Al contrario, hay que penetrar en su íntima interdependencia y
conexión.
2. El Adviento del Ciclo “A”
La primera lectura de los cuatro domingos proviene de los Profetas. La
segunda recoge textos de San Pablo, San Pedro, Santiago y de la carta a los
Hebreos. Las lecturas proféticas insisten en la venida del Señor que se espera y se
anuncia. Las lecturas apostólicas hablan de la venida o mejor de la presencia de
Cristo
Todos los Evangelios de Adviento del Año litúrgico “A” están tomados de Mt:
Pero únicamente el Evangelio del IV Domingo manifiesta el puente ideal que une
este tiempo con el nacimiento de Cristo. Los otros tres domingos hablan de la
Parusía, de la conversión (metanoia), etc. En las lecturas de Adviento abunda la
parenesis o exhortación cristiana, encuadrada dentro de la perspectiva de la venida
y de la cercanía de Cristo.
La temática de las lecturas gira en torno a la idea de la venida de Cristo. Pero
lo hacen desde diversos ángulos: la venida que se espera y que se anuncia en los
Profetas; la venida o la presencia de Cristo en la comunidad (S. Pablo); la venida
escatológica (Evangelio del I Domingo y en lecturas de S. Pablo); y la venida
histórica (Evangelios).
La predicación homilética ha de tener en cuenta la temática de las lecturas
para satisfacer plenamente los deseos de la Liturgia. En la Homilía no se debe
insistir demasiado en el aspecto "por venir", es decir, en una orientación demasiado
escatológica. Porque Cristo ya realizó la salvación. No detenerse en los aspectos
anecdóticos, sino introducirse en el misterio de Cristo presente. Pero que la
presencia y actualidad de la Salvación, no impida recordar que la salvación cristiana
tendrá una realización plena en la edad escatológica.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)