Domingo Sexto del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Jesús, en el Evangelio de hoy nos dice que no ha venido a suprimir la ley y
los profetas, sino a darle plenitud. Ciertamente Jesús, vino a proponer una ley más
perfecta, centrada en el amor y la verdadera libertad, la libertad de los hijos de
Dios; pero, no se trata de quitar la leyes o dar más mandamientos, sino de
interiorizar el espíritu de la ley: el espíritu de la fe verdadera, que nos lleva a
centrar nuestra vida en la persona, en la vida y en la Buena Nueva de Jesús.
En realidad, la vida verdadera comienza cuando el cristiano, el seguidor de
Jesús, busca identificarse con Él: vivir más en la misericordia de Dios, que en un
legalismo con poca fe. Imitar a Jesús, por tanto, es la perfecta observancia de la
ley.
Jesús no vino, pues a quitar nada: al contrario, nos dice que el que no
cumpla hasta lo más mínimo de la ley no entrará en el Reino. La llamada que nos
hace Jesús, es a una vida más perfecta, hasta la identificación con Él: a tal grado
que de sus seguidores se pueda decir, que somos otro Cristo.
Por tanto, aquí, el mandamiento no es revocado, sino perfeccionado, Jesús,
pues, hoy nos invita a:
-
Vivir la justicia desde nuestra interioridad; así, la ira, la cólera, y el
insulto grave son puestos al nivel del homicidio. Los ojos de Dios no
existe diferencia.
-
En una segunda antítesis, elimina elimina la distinción entre intención
y acción, y establece el principio: adulterio del corazón, del ojo y de
la mano, igualmente prohibidos.
-
La tercera antítesis habla del libelo de repudio, afirmando la ley
primitiva de la indisolubilidad del matrimonio.
-
En la cuarta antítesis, no sólo prohíbe el juramento falso, sino también
la mentira.
Por consiguiente, hay una estrecha relación entre la adoración a Dios y el
amor al prójimo. El amor es en forma de Cruz: horizontal, hacia el prójimo;
vertical, hacia Dios. Esta es la verdadera religión.
Dios quiere ser encontrado y amado en el prójimo, adorado y amado en los
actos de culto.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)