Domingo Tercero de Adviento, Ciclo B
Is 61,1-2a. 10-11; Lc 1,46-48. 49-50. 53-54;
1Tes 5,16-24; Jn 1,6-8. 19-28
En la liturgia se denomina a este día el domingo “Gaudete”. Hoy se nos invita
a la alegría porque el Señor vino, viene, vendrá.
En efecto, esta es la exhortacin de san Pablo: “Estén siempre alegres”. La
condición cristiana es un camino de alegría. Porque es el camino de Dios con
nosotros.
Y El profeta Isaías pone en boca del Ungido, del futuro Mesías, un canto
optimista, lleno de imágenes poéticas: “desbordo de gozo en el Seor, me alegro
con mi Dios”, “como un novio que se pone la corona, como una novia que se
adorna con sus joyas...” ¿A quién de nosotros se le hubiera ocurrido comparar al
Mesías con un novio o una novia con flores en el pelo, con joyas en los vestidos
de fiesta? Y sin embargo es así como nos lo anuncia el profeta. Y es así como al
mismo Jesús le gustaba presentarse: como el novio y el esposo.
Las palabras que hoy hemos escuchado las leyó una vez el mismo Jesús en la
sinagoga de su pueblo, Nazaret, y predic sobre ellas: “me ha enviado Dios para
dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos”.
¿Qué anuncio podríamos imaginar con más carga de esperanza? El evangelio,
más que una lista de deberes, o de pecados a evitar o de exigencias, es una
Buena Noticia, es una invitacin a una fiesta: al “banquete de bodas del Hijo”,
como el mismo Jesús gustaba de describir el Reino que él predicaba.
Por eso no nos extraa que san Pablo nos haya insistido hoy: “estén alegres,
y den gracias en todo momento”, y que el Dios de la paz los consagre en cuerpo
y alma”. El motivo nos lo dice él mismo: “el que nos ha llamado es fiel, y
cumplirá sus promesas”.
-Una noticia que compromete y exige; pues, no hay en el fondo nada más
exigente que el amor y la amistad. Las tres voces que hoy hemos escuchado nos
invitan a este compromiso:
-“El Seor hará brotar la justicia”, nos ha dicho Isaías.
-No puede ser profunda una alegría si no trabaja por mejorar las cosas, la
vida, la sociedad.
-“Guárdense de toda forma de maldad”, ha sido el lema de Pablo.
Precisamente porque entendemos como noticia festiva la venida de Cristo,
eso nos obliga a aceptar su programa: su forma de vida, y a rechazar la maldad,
el pecado: todo lo anti-cristiano. Y lo mismo el Bautista, que nos repite hoy la
consigna que ya el domingo pasado le escuchábamos: “allanen el camino del
Seor”. Y todos sabemos que preparar el camino al que viene es una actitud muy
activa y comprometida.
Con la fuerza del Señor Jesús es posible dar a este mundo un poco de
esperanza y de futuro. Para ello nos convoca a todos, y nos compromete a
preparar sus caminos, a trabajar por mejorar la justicia, por conquistar la paz,
por evitar el mal y hacer que triunfe el bien...
Alegrémonos, hermanos. Y que nuestra Eucaristía de hoy sea con más sentido
que nunca un auténtico himno de acción de gracias y una bendición a Dios:
porque es el Dios fiel, que cumple sus promesas, que viene con poder, que viene
a transformar, a salvar, a liberar. Ese Dios que viene siempre, que se llama
Cristo Jesús, se nos hace presente de modo muy especial en nuestra Eucaristía:
como Palabra que creemos y como Pan y Vino que comemos con fe. Él es el
motivo de nuestra alegría y de nuestra esperanza.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)