Miércoles 21 de Septiembre de 2011
San Mateo apóstol
Efesios 4,1-7.11-13
Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la
vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed
comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la
unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como
una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor,
una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra
todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la
medida del don de Cristo.
Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros,
evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los
santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta
que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al
hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Salmo responsorial: 18
R/A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus
manos: / el día al día le pasa el mensaje, / la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la
tierra alcanza su pregón / y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Mateo 9,9-13
En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al
mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y,
estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían
acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron
a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y
pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los
enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios":
que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."
COMENTARIOS
Es San Mateo, Apóstol y evangelista, cuya fiesta litúrgica celebramos hoy,
quien narra la parábola del dueño de la vid que llama a los trabajadores a trabajar
en su viña (20, 1 s). Me complace observar que Mateo, personalmente, ha
experimentado esto. Antes de que Jesús le llamara, fue recaudador de impuestos y
por lo tanto, fue considerado como un pecador, excluido de "la Viña del Señor".
Pero todo cambia, cuando Jesús, pasando delante de la mesa de impuestos le dijo:
"Sígueme". Mateo se levantó y le siguió. El recaudador de impuestos se convirtió
inmediatamente en discípulo de Cristo. Fue el "último" y se convirtió el "primero" (
Mt 20.16), gracias a la lógica de Dios que-¡afortunadamente para nosotros! --es
diferente a la del mundo. "Vuestros pensamientos no son mis pensamientos, dice el
Señor por boca del profeta Isaías, y mis caminos no son vuestros caminos" (55,8).
San Pablo, también conoce la alegría de sentirse llamado por el señor a
trabajar en su viña. Y ¡qué trabajo ha hecho! Pero como él mismo confiesa, es la
gracia de Dios, la que ha actuado en él, esta gracia que ha transformado al
perseguidor de la iglesia en el apóstol de las Naciones (1Co 15, 9-10).
Papa Benedicto XVI
(Extracto de EVANGELIO DEL DÍA)