EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Zacarías 8,1-8.
La palabra del Señor llegó en estos términos:
Así habla el Señor de los ejércitos: Siento un gran celo por Sión y ardo de pasión
por ella.
Así habla el Señor: Yo he vuelto a Sión, y habitaré en medio de Jerusalén.
Jerusalén será llamada "Ciudad de la Fidelidad", y la montaña del Señor de los
ejércitos, "Montaña Santa".
Así habla el Señor de los ejércitos: Los ancianos y las ancianas se sentarán de
nuevo en las plazas de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano, a causa de
sus muchos años.
Las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas, que jugarán en ellas.
Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también
imposible para mí? -oráculo del Señor de los ejércitos-.
Así habla el Señor de los ejércitos: Yo salvo a mi pueblo de los países del oriente, y
de los países donde se pone el sol.
Los haré volver y habitarán en medio de Jerusalén. Ellos serán mi Pueblo, y yo seré
su Dios, en la fidelidad y en la justicia.
Salmo 102(101),16-18.19-21.29.22-23.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu
gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido y no desprecie su plegaria.
Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte. Los
hijos de tus servidores tendrán una morada y su descendencia estará segura ante
ti,
para proclamar en Sión el nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan los pueblos y los reinos, y sirvan todos juntos al Señor.
Evangelio según San Lucas 9,46-50.
Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo,
les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me
recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese
es el más grande".
Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba
demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros".
Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está
con ustedes".
Comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II
Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual «Gaudium et spes», § 92
(trad. © Libreria Editrice Vaticana)
«El que no está contra vosotros, está con vosotros»
La Iglesia, en virtud de la misión que tiene de iluminar a todo el orbe con el
mensaje evangélico y de reunir en un solo Espíritu a todos los hombres de cualquier
nación, raza o cultura, se convierte en señal de la fraternidad que permite y
consolida el diálogo sincero.
Lo cual requiere, en primer lugar, que se promueva en el seno de la Iglesia la
mutua estima, respeto y concordia, reconociendo todas las legítimas diversidades,
para abrir, con fecundidad siempre creciente, el diálogo entre todos los que
integran el único Pueblo de Dios, tanto los pastores como los demás fieles. Los
lazos de unión de los fieles son mucho más fuertes que los motivos de división
entre ellos. Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo.
Nuestro espíritu abraza al mismo tiempo a los hermanos que todavía no viven
unidos a nosotros en la plenitud de comunión y abraza también a sus comunidades.
Con todos ellos nos sentimos unidos por la confesión del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo y por el vínculo de la caridad, conscientes de que la unidad de los
cristianos es objeto de esperanzas y de deseos hoy incluso por muchos que no
creen en Cristo. Los avances que esta unidad realice en la verdad y en la caridad
bajo la poderosa virtud y la paz para el universo mundo. Por ello, con unión de
energías y en formas cada vez más adecuadas para lograr hoy con eficacia este
importante propósito, procuremos que, ajustándonos cada vez más al Evangelio,
cooperemos fraternalmente para servir a la familia humana, que está llamada en
Cristo Jesús a ser la familia de los hijos de Dios.
Nos dirigimos también por la misma razón a todos los que creen en Dios y
conservan en el legado de sus tradiciones preciados elementos religiosos y
humanos, deseando que el coloquio abierto nos mueva a todos a recibir fielmente
los impulsos del Espíritu y a ejecutarlos con ánimo alacre.
El deseo de este coloquio, que se siente movido hacia la verdad por impulso
exclusivo de la caridad, salvando siempre la necesaria prudencia, no excluye a
nadie por parte nuestra, ni siquiera a los que cultivan los bienes esclarecidos del
espíritu humano, pero no reconocen todavía al Autor de todos ellos. Ni tampoco
excluye a aquellos que se oponen a la Iglesia y la persiguen de varias maneras.
Dios Padre es el principio y el fin de todos. Por ello, todos estamos llamados a ser
hermanos. En consecuencia, con esta común vocación humana y divina, podemos y
debemos cooperar, sin violencias, sin engaños, en verdadera paz, a la edificación
del mundo.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”