Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Ne 08, 02-04a. 05-06. 08-10; Sal 18,8. 9. 10. 15;
1 Co 12, 12-30; Lc 1, 1-4; 4, 14-21
La liturgia de este domingo pone su fuerza en dos cosas: la importancia de la
Palabra de Dios y el comienzo de la predicación de Jesús.
Palabra de Dios
Cada vez que leemos la Biblia en la Liturgia de la Misa, levantamos el Libro, para
que toda la Asamblea lo contemple y decimos: ¡Palabra de Dios! El nos dirige
personalmente su Palabra; el que la proclama sólo le presta su voz, es un
instrumento a través del cal personalmente El nos dirige su Palabra. Decía Juan el
Bautista: Yo soy la voz, Él es la Palabra… Ahora nuestra actitud de acogida ha de
ser la del pequeño Samuel: “¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!”. (1 Sam. 3.10)
La Palabra de Dios siempre es viva y eficaz, produce sus frutos en los que se
acercan con alma de niños y con mente de discípulos, produciendo diferentes
efectos la misma Palabra... Tenemos hoy un ejemplo en el Libro de Nehemías sobre
la solemnidad con que hemos de acoger la Palabra: todos se pusieron en pie. Y la
gente decía: “Amén, amén. El pueblo entero se inclinó y se postró rostro a tierra
ante el Señor”. Era un día de alegría. Se habían reencontrado con Dios en su
Palabra. Quiso Esdras que el pueblo hiciera Fiesta, que comieran y bebieran en
señal de alegría. “No estéis tristes, pues el gozo del Señor es vuestra fortaleza”…
Comienza el Evangelio de San Lucas
San Lucas nos cuenta cómo escribió su Evangelio. Seleccionando cosas del
Señor, después de escuchar a los predicadores y de haber hablado con los que le
trataron en vida. Quería que todos conocieran "la solidez de las enseñanzas que
hemos recibido", y el relato del Evangelio de hoy nos lo presenta participando en
una Liturgia judía.
Tenemos otro ejemplo en Jesús de cómo allegarnos a la Palabra de Dios: Con
toda la solemnidad y respeto se puso en pie, desenrolló el Libro y leyó una página
del Profeta Isaías (61. 1-2) Y lo devolvió. "Toda la Sinagoga tenía los ojos fijos en
Él", y dijo esta palabra sorprendente: "Hoy cumple esta Escritura que acabáis de
oír".
¿Quién es Jesús?
Jesús mismo es la Palabra, el Verbo. La palabra nos da vida y luz, y Jesús dice
Yo soy la Vida y la Luz… "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo" (Jn 17.3)
Hoy en la presentación en la Sinagoga de Nazaret Jesús nos da a conocer
algunos de sus rasgos:
-Es el Mesías anunciado por los Profetas. Hoy se identifica con el siervo Paciente
del que habla Isaías.
-Es el ungido por el Espíritu Santo. Ya en el seno de su Madre: "El Espíritu Santo
vendrá sobre ti", (Lc. 1.35). Hay una visibilización de este Espíritu en 'el día del
Bautismo en el Jordán. Hoy se nos dice: "Volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu".
Se hablará del Espíritu que le conduce, a propósito de las tentaciones, (Mt. 4.1).
Toda su vida estará conducida y sostenida por la fuerza del Espíritu.
-Es el enviado del Padre. El primer misionero de la Buena Noticia. Lo recordará
el día de la Pascua: "Como mi Padre me envió, así os envío Yo" (Jn 20.21).
-El Programa de su vida: Anunciar la Buena Noticia a los pobres, curando,
liberando, salvando. Irá por la vida haciendo el bien, como médico de los cuerpos y
de las almas.
La Palabra me revela a Jesús, me lo da a conocer, me lo acerca. Jesús es
siempre una Buena Noticia. Que se haga realidad en cada uno de nosotros lo que
Jesús dijo de María: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan”
(Lc. 11.28).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)