Alégrate, llena de gracia.
25 marzo: Anunciación del Señor
Para entender adecuadamente el relato de la anunciación a María de la
encarnación de Dios en su vientre, tenemos que enfrentar el "género literario"
llamado "anunciaciones". En la Biblia se dan muchas anunciaciones y todas
consisten fundamentalmente en esto: presencia gratuita de Dios en medio de su
pueblo y anulación de los reparos que presenta el ser humano para la realización
del proyecto de Dios. Por eso se suele hablar de esterilidad, de miedo, de otros
compromisos, etc. Toda anunciación, por consiguiente, debe ser colocada en un
género literario lleno de simbolismos que hay que saber leer para no tomarlos al pie
de la letra. (Sobre los géneros literarios: Concilio Vaticano II, Constitución
Dogmática sobre la Divina Revelación, nº 12, §2).
Por lo mismo, lo fundamental del relato de la anunciación es que Dios se hizo
presente de una manera gratuita, amorosa, sin méritos de nadie. Tan importante
como esto, es la ruptura que Dios hizo de las imposibilidades humanas que
impedían su encarnación. Y lo grande de María fue su fe en la Palabra, fe que la
llevó a superar sus limitaciones culturales de mujer y de doncella campesina en una
región marginada del poder central judío. En María aparece el temor, no así la
desconfianza; y las dificultades que le presenta al ángel quedan resueltas, sin que
llegue a lesionarse su condición humana. Llegar a disminuir la condición humana de
María para agrandar el misterio, disminuiría la realidad humana de su Hijo y
quedaría afectada toda la encarnación.
Por eso a nosotros nos toca leer a fondo el relato de la anunciación, ver la
profundidad de sus símbolos, para entender todo lo que Dios simbólicamente nos
revela. Si la encarnación de Dios en la historia es lo más divino que pueda
acontecer en razón de su origen, es también lo más humano en razón de su
término. Nuestra fe tendrá aquí siempre el desafío de salvar lo divino de Dios sin
destruir lo humano de la historia. Sólo así la encarnación mantiene su valor de
redención.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)