Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
III Semana de Adviento
Lunes
Salmo 24
Descúbrenos, señor tus caminos ; guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú
eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza”.
Vas a venir, Mesías, Cristo mío. Y cuando llegues, nos lo explicarás. Nos
mostrarás los caminos de Dios, y nos enseñarás a recorrerlos. La muerte que nos
amenazaba, se echará atrás y será vencida. Será posible el canto; posibles también
el abrazo, y la caricia, y el perdón...
Danos, Padre Dios, esa Palabra tuya, la única que tienes. Háblanos por medio
de tu Hijo Jesús todo lo que tengas que comunicarnos y decirnos. Que pongamos
los ojos solamente en Él; que encontremos en Él aún más de lo que pedimos. Que
tu ley y tu vida sean luz para nuestros ojos.
Que la familia humana, libre del miedo y de la muerte, te cante llena de
alegría el canto nuevo de la fraternidad conseguida, del amor y de la paz
realizados. Ven, Señor Jesús, y no tardes. Rompe el yugo de la cautividad;
transforma nuestra condición humilde con esa fuerza que posees para someterlo
todo.
Haz que tu justicia la reconozca y la acepte el mundo entero. Que tu gloria
habite en nuestra tierra: un ser humano (hombre/mujer) por fin dignificado,
habiendo para él vida y dignidad aseguradas...
Descúbrenos, señor tus caminos . Allana los caminos de la concordia entre los
pueblos. Míranos con amor, Señor y Dios nuestro. Somos obra de tus manos:
nunca nos desprecies, nunca nos olvides. Por la venida de Cristo, tu Hijo, límpianos
de las huellas oscuras que aquella antigua vida nuestra produjo. Transfórmanos en
nuevas criaturas, como si naciéramos a la vez y del mismo modo que el Niño de
Belén.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)