Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
III Semana de Adviento
Día 20
Salmo 23
Ya llega el señor, el rey de la gloria . En este salmo y con esta respuesta al
salmo, Se nos invita a los fieles a “contar la gloria” de Dios “a los pueblos” y, luego,
“a todas las naciones” para proclamar “sus maravillas” (v. 3). Se nos pide, que
digamos “a los pueblos: el Señor es rey”, el Señor “gobierna a las naciones”, “a los
pueblos”.
El gesto fundamental ante el Señor rey, que manifiesta su gloria en la
historia de la salvación, es el canto de adoración, alabanza y bendición. Estas
actitudes deberían estar presentes diariamente en nuestro corazón, en nuestra
oración personal, porque Ya llega el señor, el rey de la gloria .
La gloria de Dios es Dios mismo en su verdad, en su poder, en su acción, a
través de las cuales se manifiesta como Dios. La gloria de Dios es la totalidad de
sus perfecciones, hechas visibles, la manifestación de todo lo que Él es. Es su
belleza esplendorosa, refulgente, seductora, que se impone y deslumbra cualquier
hermosura creada.
Se aproxima la Navidad: “Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y
cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del
bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra”.
En Jesús se manifestó la gloria del Padre. Nosotros, herederos de su gloria,
estamos llamados a dar testimonio de ella por todo el mundo.
Bendecimos, Señor, tu nombre, proclamamos día tras día tu victoria,
manifestada en la resurrección de tu Hijo Jesucristo; haz que todo nuestro día, con
sus obras y palabras, cuente a los pueblos tu gloria, para que todos los hombres,
postrados ante ti, aclamen tu gloria y tu poder.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)