Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IV Semana de Adviento
Día 22
1Sam. 2
Mi corazón se alegra en Dios, mi Salvador . Esta respuesta que hemos dado al
salmo nos recuerda el Magnificat de María santísima: “Proclama mi alma la
grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la
humillacin de su esclava”.
La alegría cristiana con la que hemos de recibir la navidad, la encontramos
en el Corazón de María, ya que Ella es la primera cristiana, cristiana en plenitud, y
por tanto, la primera en experimentar lo que es la alegría cristiana. A Ella dirijamos
nuestros ojos en estos días, horas, para prepararnos a la Navidad, que nos
comparte su experiencia de Hija del Padre y Madre del Redentor: Mi corazón se
alegra en Dios, mi Salvador.
Los momentos de máxima alegría de María están vinculados especialmente a
los momentos históricos de la Anunciación-Encarnación y Nacimiento, así como de
la victoriosa Resurrección de su Hijo. ¿No fue precisamente María, por ser la elegida
para ser la Madre del Reconciliador, la primera en experimentar el júbilo
desbordante por la obra que Dios realizaría finalmente en el mundo? Sí, Ella fue la
primera en experimentar la alegría cristiana a la hora de la Encarnación y posterior
Nacimiento de su Hijo, y Ella la primera que al tener noticia de su Resurrección
estalla en un jubiloso Aleluya. ¿Quién mejor que Ella, pues, para comprender el
origen de la alegría cristiana, es decir, la alegría humana que en Cristo alcanza su
plenitud?
La alegría de María se difunde “en los corazones juntamente con el amor del
que ella brota, por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado”. Que en estas
fiestas María nos ayude a desbordar su alegría ante la espera gozosa de su Hijo:
“Mi alma engrandece al Seor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi
Salvador...”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)