Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
Día 29 (5to de la Octava de Navidad)
Salmo 95
El salmo 95 nos invita con insistencia a “cantar”. La palabra se repite tres veces al
comienzo de las tres primeras líneas. Más adelante, por tres veces, vuelve la insistencia:
“Den gloria al Señor”... “Den gloria al Señor”... “¡Den pues gloria al Señor!”.
El Salmo comienza con una invitación festiva a alabar a Dios, invitación que se abre
inmediatamente a una perspectiva universal: “Cantemos al Señor un canto nuevo… Canten al
Señor, toda la tierra” (v. 1). Los fieles cristianos somos invitados a contar la gloria de Dios “a
los pueblos” y después a dirigirnos a “todas las naciones” para proclamar “sus maravillas”
(versículo 3). Es más, el salmista interpela directamente a las “familias de los pueblos” (v. 7)
para invitar a dar gloria al Señor.
San Gregorio Nacianceno retoma algunas expresiones del Salmo 95 diciendo que
“Cristo nace, ¡glorifíquenle!, Cristo baja del cielo, ¡salgan a recibirlo! Cristo está sobre la
tierra, ¡lávense! “Canten al Señor, toda la tierra” (v. 1), y para unir los dos conceptos, “que
se alegre el cielo y exulte la tierra” (v. 11) con aquél que es celestial, pero que se ha hecho
terrestre” 1 .
1 Cfr. Juan Pablo II, Audiencia del Miércoles 18 de setiembre del 2002
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)