Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
Día 31 (7to. día. de la Octava de Navidad)
31 de diciembre . Fin de año
“Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A
él la gloria y el poder por los siglos de los siglos” 1 .
Hoy proclamar esta verdad tiene un sabor especial: centra nuestra mirada en Jesús,
Verbo encarnado, principio y fin y centro de la historia; miramos hacia nuestra historia,
nuestra limitación; pero al mismo tiempo nuestra vocación a vivir en el siempre de Jesús. En
efecto, el último día del ao proclamamos esta verdad, en el paso del “ayer” al “hoy”: “ayer”,
al dar gracias a Dios por la conclusin del ao viejo; “hoy”, al acoger el ao que empieza; y el
siempre, nuestro destino eterno . Cristo, pues, es “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb 13, 8).
Él es el Señor de la historia; suyos son los siglos y los milenios.
El primer día del nuevo año concluye la Octava de la Navidad del Señor y está dedicado
a la santísima Virgen venerada como Madre de Dios, esta es la razón del porque obliga la
santa Misa y no se debe trabajar... El evangelio nos dice que María «guardaba todas estas
cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2, 19). Y lo mismo sucede también hoy. La Madre
de Dios y de los hombres guarda y medita en su corazón todos tus problemas, los de tu
familia, de nuestra comunidad de de toda de la humanidad, grandes y difíciles. La Madre del
Redentor camina con nosotros y nos guía, con ternura materna hacia el futuro. Así, ayuda
Ella a cada uno a cruzar todos los «umbrales» los meses y los años de nuestra vida, y de los
siglos y de los milenios, sosteniendo nuestra esperanza en aquel que es el Señor de la
historia.
Ayer y hoy. El Hoy, último día del año, queremos considerar los días, las semanas, los
meses transcurridos, como un fragmento de la historia de la salvación, que a todos nos
atañe: otro año solar que dentro de poco será ya pasado: nos vamos acercando al día que no
tienen fin; cabe preguntarnos ¿He vivido como hijo de Dios, como hijo de María, como
redimido por Jesús…? Brota naturalmente el deseo de pedir perdón y de dar gracias a Dios:
pedir perdón por las culpas cometidas y las faltas y carencias registradas, confiando en la
misericordia divina; y dar gracias por lo que Dios nos ha dado cada día.
En buen propósito para este año de la eucaristía sería no permitir ser esclavizados por
el mal y el malo, porque ya hemos sido liberado de la esclavitud del pecado por el Niño de
Belén, por Cristo crucificado y resucitado, «para que nos transformemos, según el designio de
Dios, y lleguemos a nuestro meta: ver a dios cara a cara, gozando de Él para siempre 2 . Es así
como los creyentes hemos de mirar nuestro mundo, nuestra historia que avanzan
gradualmente hacia el umbral de una eternidad dichosa.
El Verbo eterno, al hacerse hombre, entró en el mundo y lo acogió para redimirlo. Por
tanto, el mundo no sólo está marcado por la terrible herencia del pecado; es, ante todo, un
mundo salvado por Cristo, el Hijo de Dios, crucificado y resucitado. Jesús es el Redentor del
mundo, el Señor de la historia: suyos son los años y los siglos.
1 Misal romano, preparación del cirio pascual
2 Cfr. GS 2
2
Hermanos, hermanas, impulsados por la gracia, levantémonos continuamente, y
caminemos hacia el bien y la verdad: que anidan en lo más íntimo de nuestro ser, de nuestra
dignidad de hombres y mujeres: dotados de una inteligencia que busca la verdad y de una
libertad que está hecha para el bien; guiados, pues, por la fuerza de la redención, camina
hacia Cristo, caminemos alimentados, y en el amor de Jesús, oculto en la Eucaristía, pero
realmente presente; caminemos con nuestra Madre según el proyecto de Dios Padre,
animados por el Espíritu Santo.
“Jesucristo es el principio y el fin, el alfa y la omega. Suyo es el tiempo y la eternidad”
Empecemos este año nuevo en su nombre. Que María nos obtenga la gracia de ser fieles
discípulos suyos, para que con palabras y obras lo glorifiquemos y honremos por los siglos de
los siglos. Amén.
3
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)