Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
Día 9 de Enero
Salmo 147, 12-15.19-20
Demos gracias y alabemos al Señor . Glorifiquemos a Dios porque Él se ha convertido
en nuestro Salvador y en nuestro poderoso defensor. No ha hecho nada igual con ninguna
otra nación.
De María los discípulos de Cristo reciben el sentido y el gusto de la alabanza ante las
obras de Dios: “Porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso” (Lc 1, 49). Nosotros
aprendemos estamos en el mundo para conservar la memoria de estas maravillas y velar en
la espera del día del Señor.
Demos gracias y alabemos al Señor, porque por pura voluntad suya Él nos eligió y nos
hizo hijos suyos. Él nos ha manifestado sus caminos para que los sigamos. Más aún: Él
mismo, por medio de Jesucristo, se ha convertido para nosotros en Camino que nos conduce
al Padre. La alabanza es un clamor de admiración y agradecimiento hacia Dios que siempre
nos ama. Demos gracias y alabemos al Señor.
La respuesta que hemos dado al salmo, pues, nos invita a la alabanza y a la acción de
gracias, evocando la presencia de Dios en medio de nosotros, que se ha hecho nuestro
prójimo en el misterio de la Encarnación. Este marco de la Navidad y Epifanía es un marco
único para situar todo lo vivido en estos días con el poso profundo que deja el haber
experimentado la fuerza y la ternura de Dios a través los misterios a través de los cuales se
ha hecho uno de nosotros, se ha hecho Emmanuel, Dios con nosotros. Estos misterios no sólo
deben resonar en nuestros oídos, sino ser fielmente meditada en nuestro corazón. Así el
Espíritu Santo nos ayudará para que esa Palabra nos transforme, de tal manera que dé
abundantes frutos de salvación en nosotros.
2
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)