Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
I Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 96
Ángeles del Señor, Adórenlo . En la época de los Padres de la Iglesia se consideraba que
la característica esencial de los ángeles era ser adoradores. Su vida es adoración. Así como
los ángeles el alma esta llamada a la adoración, a vivir al estilo de los ángeles. En la
Natividad y en la epifanía, nos dice el Evangelio, los pastores y los magos adoraron a Niño
redentor del mundo.
En prácticamente cada civilización que ha existido en la tierra, los hombres han
manifestado un deseo insaciable de adorar a Dios. El hombre adora a Dios con los labios,
alabándole por lo que es y dándole las gracias por lo que ha hecho (Ef. 5:19,20). Pero
también le adora con todo su ser (cuerpo y mente) obedeciendo su voluntad (Rom 12:1,2).
Dios quiere que todos los hombres le adoren de esta forma.
Adorar a Dios es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño. Es reconocerme
en verdad lo que soy: hechura de Dios, posesión de Dios. Dios es mi Dueño. Yo le
pertenezco.
Adorar a Dios, entonces, es tomar conciencia de nuestra dependencia de El y de la
consecuencia lógica de esa dependencia: entregarnos a El y a su Voluntad.
Tú eres mi Creador, yo tu creatura, Tú mi Hacedor, yo tu hechura, Tú mi Dueño, yo tu
propiedad. Aquí estoy para hacer tu Voluntad (Santa Catalina de Siena, Diálogos: Gusté y vi)
Dios quiere que le adoremos “en espíritu y en verdad”. En su conversación con la
mujer samaritana Jesús amablemente enfocó su atención que lo importante no eran los
lugares sino la forma de adorar que debería de ser en espíritu y la verdad (Jn 4:20-24) Y,
¿qué es adorar al Padre en espíritu y en verdad”? Es reconocer en nuestro interior lo que
somos de verdad: hechura de Dios, propiedad de Dios: como hemos recordado a santa
Catalina: “Tú el Hacedor, y yo la hechura”.
Adorar a Dios, entonces, es tomar conciencia de nuestra dependencia de El y de la
consecuencia lógica de esa dependencia: entregarnos a El y a su Voluntad. No tener
voluntad propia, sino adherir nuestra voluntad a la Voluntad de Dios.
2
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)