Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
I Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 104
El señor nunca olvida sus promesas . Hoy no pocos contemporáneos nuestros,
decepcionados por el fracaso de tantas promesas falsas y de tantos mesianismos terrenos,
parecen haber perdido la esperanza y el verdadero gusto por la vida. Como si ya no se
contase con un hacia dónde, con una meta que confiera finalidad y sentido al camino de la
Humanidad
Dios con sus promesas suscita y alimenta la esperanza de los hombres y abre el futuro
como un horizonte. La esperanza es el motor de la vida humana. No podemos vivir sin
esperanza. A veces, pequeñas e inmediatas esperanzas; a veces, grandes proyectos, que
ponen en marcha toda la existencia. Esta actitud de esperanza pertenece a la entraña
profunda de la religión cristiana. Desde antiguo, Dios hizo promesas a nuestros padres que,
en la plenitud de los tiempos, ha cumplido enviando a su Hijo único, Jesucristo. Dios cumple
siempre sus promesas. Vale la pena poner en Él nuestra esperanza. “Los que esperan en Él,
no quedarán defraudados”.
Las promesas de Dios se cumplen y se cumplirán para siempre. El reino de Dios se
identifica con la persona de Jesús. Él es el cumplimiento de las promesas de Dios, que han
alentado la esperanza de la Humanidad en la espera de que Dios reine definitivamente. Y Él
es el anticipo de lo que Dios hará con toda la Humanidad, llevándonos a la plenitud de la
filiación divina y transformando este mundo en el cielo nuevo y la tierra nueva.
Lo que Jesús promete, el reino de Dios, es como el negocio turístico, un destino, un
lugar donde finaliza el viaje. Porque aquí hay viaje. ¿Y cuál es el paquete de la oferta? Pues
resucitar. Naturalmente, para resucitar hay que morirse antes. Pero hay que recordar, junto a
las promesas, las advertencias. Para entrar en el reino de Dios, en el Cielo, hay que
arrepentirse de todas las fechorías y las barrabasadas que hemos podido hacer, y sólo con el
corazón limpio podremos ver a Dios.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)