Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
I semana de Cuaresma
Lunes
Salmo 85
Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos. Indícame tus caminos, Señor;
enséñame tus sendas. Que en mi vida se abran caminos de paz y bien, caminos de justicia y
libertad. Que en mi vida se abran sendas de esperanza, sendas de igualdad y de servicio.
Encamíname fielmente, Señor. Enséñame tú que eres mi Dios y Salvador. Recuerda,
Señor, que tu ternura y tu lealtad, nunca se acaban; no te acuerdes de mis pecados.
Acuérdate de mí con tu lealtad, por tu bondad, Señor. Tú eres bueno y recto, y
enseñas el camino a los desorientados. Encamina a los humildes por la rectitud, enseña a los
humildes su camino.
Tus sendas son la lealtad y la fidelidad, para los que guardan tu alianza y tus
mandatos. Porque eres bueno, perdona mi culpa. Cuando te soy fiel, Señor, tú me enseñas
un camino cierto. Puesto mis ojos puestos en ti, que me libras de mis amarras y ataduras.
Vuélvete hacia mí y ten piedad, pues estoy solo y afligido. Ensancha mi corazón
encogido y sácame de mis angustias. Mira mis trabajos y mis penas, y perdona todos mis
pecados. Señor, guarda mi vida y líbrame de mí mismo.
Señor, que salga de mi concha y vaya hacia ti, y que no quede defraudado de haberme
confiado a ti.
Indícame tus caminos, Señor, tú que eres el Camino. Hazme andar por el sendero de la
verdad, tú que eres la Verdad del hombre. Despierta en mí el manantial de la vida, tú que
eres la Vida de cuanto existe.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)