Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
I semana de Cuaresma
Martes
Salmo 33
El Señor libra al justo de todas sus angustias . Ser justo quiere decir sencillamente
estar con Cristo y en Cristo. Y esto basta. El justo el hombre que vive lo que cree; y la fe es
mirar a Cristo, encomendarse a Cristo, unirse a Cristo, conformarse a Cristo, a su vida. Y la
forma, la vida de Cristo es el amor; por tanto, creer es conformarse a Cristo y entrar en su
amor.
Somos justos cuando entramos en comunión con Cristo, que es el amor. Así, la justicia
se mide en la caridad, porque la comunión con Cristo, la fe en Cristo, crea la caridad. Y la
caridad es realización de la comunión con Cristo. Así, estando unidos a él, somos justos, y de
ninguna otra forma.
El cristiano está en el mundo, pero no es del mundo (cf. Jn 17, 16); su vida debe ser
necesariamente diversa de la de los que no tienen fe. Su conducta, su estilo de vida, su modo
de pensar, de elegir, de valorar las cosas y las situaciones, son distintas, porque se realizan a
la luz de la palabra de Cristo, que es mensaje de vida eterna.
Esta comunión con Jesús y con el hermano por el amor, que nos lleva a ser justos, es
raíz de esperanza y armonía interior y exterior. Y según la visión bíblica de la “retribución”,
sobre el justo se extiende el manto de la bendición divina, que da estabilidad y éxito a sus
obras y a las de sus descendientes: “Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del
justo será bendita. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Oremos al Señor para que nos ayude a creer, a vivir nuestra fe, la caridad, la justicia.
Que nos enseñe a creer realmente; así, nuestra fe llegará a ser vida, unidad con Cristo,
transformación de nuestra vida. Y así, transformados por su amor, por el amor a Dios y al
prójimo, podemos ser realmente justos a los ojos de Dios.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)