Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
III semana de Cuaresma
Jueves
Salmo 105
Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo . El amor de Dios encontró su expresión
más profunda en la entrega que Cristo hizo de su vida por nosotros en la cruz, es sobre todo
al contemplar su sufrimiento y su muerte como podemos reconocer de manera cada vez más
clara el amor sin límites que Dios nos tiene: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo
único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16).
Señor Jesús, eres el buen pastor que da la vida. Acuérdate de tu Iglesia y no permitas
que se aparte del camino del amor y de la entrega.
Señor Jesús, por nosotros aceptaste la cruz. Acuérdate ahora de todos los que
atraviesan la prueba, de los que están solos y angustiados, de los pobres y los que sufren.
Señor Jesús, diste tu vida para que nosotros, muertos al pecado, vivamos en la
justicia. Acuérdate ahora de todos los que se entregan al servicio de los más desprotegidos,
de los que trabajan por la verdad, la vida y la justicia.
Señor Jesús, ofreciste el perdón a los que te condenaron y abriste las puertas del Reino
al buen ladrón. Ayúdanos a confiar siempre en tu perdón, y a ser también nosotros capaces
de amar y perdonar.
El hombre vive la experiencia del amor de Dios como una „llamada‟ a la que tiene que
responder. La mirada dirigida al Señor, que “tomó sobre sí nuestras flaquezas y cargó con
nuestras enfermedades” (Mt 8, 17. La contemplación, en la adoración, del costado traspasado
por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de
abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el
deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos. Acuérdate
de nosotros, por amor a tu pueblo.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)