Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 27
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel *
Poned esto por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros * Arrendará la viña a
otros labradores
Textos para este día:
Isaías 5,1-7:
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía
una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio
agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed
jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya
hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a
vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto,
derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la
escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su
plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia,
y ahí tenéis: lamentos.
Filipenses 4,6-9:
Hermanos: Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica
con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero,
noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en
cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra. Y
el Dios de la paz estará con vosotros.
Mateo 21,33-43:
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:
"Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con
una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos
labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus
criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los
labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo
apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con
ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi
hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo
matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de
la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con
aquellos labradores?" Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados
y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y
Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un
milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se
dará a un pueblo que produzca sus frutos."
Homilía
Temas de las lecturas: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel *
Poned esto por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros * Arrendará la viña a
otros labradores
1. La Canción de la Viña
1.1 Es admirable que una misma imagen pueda servir durante tantos siglos como
símbolo del pueblo de Dios. La voz de tantos profetas y predicadores, hasta llegar a
Cristo mismo, no ha agotado sino enriquecido la imagen de la viña.
1.2 La clave del "éxito" de esta imagen literaria podría estar en que se relaciona
con un rango amplio de experiencias humanas muy significativas: el afán unido a la
esperanza; el cuidado exterior y el fruto interior; la amargura de un trabajo duro y
la alegría de un vino generoso; la intervención de muchos trabajadores y el día de
la cuenta ante un solo dueño.
1.3 Debajo de todo ello, hay una analogía aún más profunda: el trabajo y la
cosecha, el tiempo y la eternidad, el esfuerzo humano y la bendición divina. La viña
viene a ser así una imagen de la vida entera, sea que la miremos en el caso de
cada uno o en la historia de los pueblos o incluso de toda la Humanidad.
2. Desilusión de Dios
2.1 Tanto en la primera lectura como en el evangelio de hoy son claras las palabras
de desengaño. Hay una traza de evidente tristeza en la exclamación del profeta:
"¿Qué más pude hacer por mi viña, que yo no lo hiciera? ¿Por qué cuando yo
esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias?" La tristeza se vuelve denuncia en
el evangelio que oímos hoy: "Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con
esos viñadores?"
2.2 Sin embargo, hay que ir más allá de la tristeza o la ira contenida. Lo esencial es
la distancia entre el proyecto de Dios, que es llamado hacia la fecundidad, y el
escaso y amargo fruto de la perversión humana, que termina conduciendo a la
amargura y la muerte. De esa distancia o "decepción" brotan las expresiones
claramente antropomórficas que hablan de un Dios "desilusionado" o
"embravecido."
3. Cómo estoy cultivando mi viña
3.1 Por supuesto, el mensaje no termina en la decepción. La denuncia de los
profetas, y sobre todo del Profeta por excelencia, Jesucristo, es también anuncio de
que Dios tuvo --y tiene-- un plan mejor. Nuestro Dios quiere la fecundidad y la
vida, y podemos expresarnos diciendo que se duele ante la esterilidad y la muerte
con que hemos ensombrecido su obra, que somos nosotros mismos.
3.2 El anuncio del nuevo plan está ya en las duras palabras de Cristo a sus
adversarios: "les digo a ustedes que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a
un pueblo que produzca sus frutos." Hay en este lenguaje un regaño, por supuesto,
pero la causa está tan clara que cualquiera puede evitarlo. Todo consiste en
preguntarse qué estoy haciendo con lo que Dios ha sembrado en mí, o sea, cómo
estoy cultivando mi viña.
3.3 La pregunta, sin embargo, no debe quedarse en el ámbito individual. Los papás
pueden preguntarse cómo cultivan la viña de su hogar. Los pueblos pueden
examinarse sobre el legado de fe y cultura que han recibido: ¿estamos dejando las
cosas igual o mejor que como las recibimos? El mundo entero, en fin, puede y debe
preguntar sobre el cuidado de la creación, por dar otro ejemplo: estamos acabando
este planeta como si fuéramos la última generación que tiene derecho a disfrutarlo.
4. La piedra desechada y escogida
4.1 Por otra parte, el lenguaje de Cristo es una invitación a cambiar nuestra
manera de apreciar las cosas. Esta parábola la dijo el Señor "a los sumos
sacerdotes y a los ancianos del pueblo." ¿Por qué a ellos en particular?
Evidentemente porque su ceguera les hace no sólo descuidar la viña sino adueñarse
de ella, hasta el extremo de matar "al heredero," o sea, al mismo Cristo. De modo
que hay una relación entre la desobediencia que arruina el destino de la viña y el
deseo secreto de hacer nuestra esa viña, excluyendo a su Dueño.
4.2 Dicho de otra manera: expulsar a Dios y arruinar la creación son una y la
misma cosa. Por otra parte, adueñarse de su obra y condenarnos a un destino de
tinieblas son también una y la misma cosa. La parábola, pues, nos lleva a descubrir
que apartarse de Dios, dañar la creación y perder la propia vida son en realidad lo
mismo.
4.3 La solución por supuesto es cambiar de mentalidad. Viene aquí muy a punto la
exhortación de Pablo: "aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuanto hay de
justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca
elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo he
dicho y me han visto hacer; y así, el Dios de la paz estará con ustedes."