Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IV semana de Cuaresma
Martes
Salmo 45
Con nosotros está Dios, el Señor. El templo es un signo importante de la presencia
divina, es el lugar de la actualización siempre nueva de la alianza de los hombres con el
Eterno y entre sí. Mirando a Cristo, nuevo templo, de cuya presencia viva en el Espíritu los
templos cristianos son signo, sus seguidores saben que Dios está siempre vivo y presente
entre ellos y para ellos.
El Templo es la morada santa del Arca de la alianza, el lugar en donde se actualiza el
pacto con el Dios vivo y el pueblo de Dios tiene la conciencia de constituir la comunidad de los
creyentes, “linaje elegido, sacerdocio real, nación santa” (1 P 2,9). San Pablo recuerda: “Así
pues, ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios,
edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo
mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el
Señor, en quien también ustedes están siendo juntamente edificados, hasta ser morada de
Dios en el Espíritu” (Ef 2,19-22). Es Dios quien, habitando entre los suyos y en su corazón,
hace de ellos su santuario vivo. El templo de “piedras muertas” remite a Aquel que nos hace
santuario de “piedras vivas”.
El templo, en cuanto lugar de encuentro con el Señor de la vida, es signo seguro de la
presencia del Dios que actúa en medio de su pueblo, porque en él, a través de su Palabra y
de sus Sacramentos, Él se comunica a nosotros. Por eso, al templo se acude como al templo
del Dios vivo, al lugar de la alianza viva con Él, para que la gracia de los Sacramentos libere a
los peregrinos del pecado y les dé la fuerza de volver a comenzar con nuevo brío y con nueva
alegría en el corazón, para ser entre los hombres testigos transparentes del Eterno.
Por lo que atañe a la celebración de la Eucaristía, es preciso recordar que es el centro y
el corazón de toda la vida del templo, acontecimiento de gracia que „contiene todo el bien
espiritual de la Iglesia‟.
Con nosotros está Dios, el Señor : El santuario no es sólo una obra humana, sino
también un signo visible de la presencia del Dios invisible.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)