Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IV semana de Cuaresma
Jueves
Salmo 105
Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo . Con esta respuesta al salmo hemos Suplicado
con confianza a Dios nuestro Padre, misericordioso y compasivo, lento a la ira y grande en el
amor y la fidelidad, que acepte el arrepentimiento de su pueblo, que confiesa humildemente
sus propias culpas, y le conceda su misericordia.
El Pueblo de Dios, Iglesia peregrina, es santificado siempre por el Padre Dios con la
sangre de su Hijo; Este Pueblo tiene en su seno miembros que brillan por su santidad y a
otros que, con su desobediencia a Dios, contradicen la fe profesada en el santo Evangelio.
Dios permanece siempre fiel aun cuando nosotros le somos infieles, perdona nuestras
culpas y espera, que seamos auténticos testigos tuyos
Esta respuesta al salmo es, pues, un canto de súplica a la misericordia divina y a la
reconciliación entre el pecador y el Señor, un Dios justo pero siempre dispuesto a mostrarse
“compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en amor y fidelidad, que mantiene su amor
por mil generaciones, que perdona la iniquidad, la rebeldía y el pecado” (Ex 34, 6-7).
Como testimonia la Escritura, Dios es rico en misericordia y perdona siempre a cuantos
vuelven a Él (cf. Ez 18, 23; Sal 32 [31], 5; 103 [102], 3.8-14; Ef 2, 4-5; 2 Co 1, 3). Pero no
olvidemos, que el perdón de Dios se convierte también en nuestros corazones en fuente de
perdón en las relaciones entre nosotros, ayudándonos a vivirlas bajo el signo de una
verdadera fraternidad.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)