Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
V semana de Cuaresma
Lunes
Salmo 22
Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo . Sí, al hombre que vive en Cristo nada
teme, ni la muerte le asusta; experimenta en todo momento lo que el salmista afirma con
confianza: “Aunque camine por caadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo” (Sal 22,
4).
“Tu mecum es”, “Tú estás conmigo”: esta expresión remite a otra que Jesús resucitado
dirigió a los Apóstoles: “Ego vobiscum sum”, “Yo estoy con ustedes” (Mt 28, 20). En efecto,
esta respuesta al salmo es un mensaje de esperanza; porque Cristo está siempre con
nosotros.
Por esto santa Teresa rezaba en su corazón: “Nada te turbe, nada te espante. Quien a
Dios tiene, nada le falta... ¡Sólo Dios basta”! El creyente que se acostumbre a vivir sostenido
por estas convicciones, sabe que está presente el Resucitado en lo que tiene y en lo que
hace, y que sólo es la fuente de la verdadera luz y alegría. Sabe que, como dice el salmo,
aunque pase por un valle oscuro, “nada temo, porque tú vas conmigo y habitaré en la casa
del Seor”. Esta ha de ser nuestra gran fuerza: saber que, el que vive para siempre, está
conmigo.
“El Seor es mi pastor, nada me falta... Aunque camine por caadas oscuras, nada
temo, porque tú vas conmigo...” (Sal 23, 1-4). Saber que existe Aquel que me acompaña
incluso en la muerte y que con su “vara y su cayado me sosiega”, de modo que “nada temo”
(cf. Sal 23 [22],4), es la esperanza, que ha de brotar en nuestra vida de creyente.
En este contexto, cito algunas frases de una carta del mártir vietnamita Pablo Le-Bao-
Thin (1857): …Dios, que en otro tiempo libr a los tres jvenes del horno de fuego, está
siempre conmigo y me libra de las tribulaciones y las convierte en dulzura, porque es eterna
su misericordia. En medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia
de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que Cristo está conmigo
(...). Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)