Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
V semana de Cuaresma
Sábado
Salmo Jeremías 31
El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño . El Señor protege y cuida de
su pueblo con amor en medio de los peligros y de las dificultades de la jornada: el Señor
cuida de la vida humana en todas sus dimensiones. Jesús mismo subrayará este aspecto,
invitando a sus discípulos a confiar en la Providencia también con respecto a las necesidades
materiales (cf. Mt 6, 25-34).
De esta providencia divina nos habla también Jesús en el evangelio: “Miren las aves del
cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta...
Observen los lirios del campo, cómo crecen... Pues si a la hierba del campo, que hoy es y
mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con ustedes, hombres de
poca fe?” (Mt 6, 26. 28. 30).
Estas palabras de Cristo constituyen un llamado a la esperanza. Si Dios se preocupa
con paterna solicitud de las aves del cielo; si Dios viste a las hierbas del campo, ¿cómo dejará
de preocuparse por el hombre? ¿Cómo podría abandonar a la única criatura de la tierra que
ha amado por sí misma? (cf. GS 24).
Este respuesta al salmo es una invitación a la esperanza, a ponernos en manos de
Dios, sabiendo que El cuida amorosamente de nosotros. Nos lo dice el Señor en el evangelio
de san Mateo que hemos escuchado: “Mirad las aves del cielo, no siembran ni cosechan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que
ellas?” (Mt 6, 26). Pero ésta ha de ser una esperanza activa y responsable, que lleve también
al trabajo y al esfuerzo personal.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)