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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
I Semana de Pascua
Sábado
Salmo 117
La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya . Hoy nos vamos a fijar en
el término “diestra del Seor: Cuando el Evangelista Marcos nos dice que “el Seor
Jesús... fue elevado al cielo y se sent a la diestra de Dios” (Mc 16, 19); el salmista
expresa: Siéntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de
tus pies” (Sal 109, 110, 1). “Sentarse a la derecha de Dios” significa coparticipar en
su poder real y en su dignidad divina.
Jesús había dicho: “Verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y
venir entre las nubes del cielo”, como leemos en el Evangelio de Marcos (Mc 14,
62). San Lucas, a su vez, escribe (Lc 22, 69): “El Hijo de Dios estará sentado a la
diestra del poder de Dios”. Del mismo modo el primer mártir de Jerusalén, el
diácono Esteban, verá a Cristo en el momento de su muerte: “Estoy viendo los
cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios” (Hch 7,
56). El concepto, pues, se había enraizado y difundido en las primeras comunidades
cristianas, como expresión de la realeza que Jesús había conseguido con la
Ascensión al cielo.
También el Apóstol Pablo, escribiendo a los Romanos, expresa la misma
verdad sobre Jesucristo, “el que murió; más aún, el que resucitó, el que está a la
diestra de Dios y que intercede por nosotros” (Rm 8, 34). En la Carta a los
Colosenses escribe: “Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Col 3, 1; cf. Ef 1, 20). En la Carta a
los Hebreos leemos (Hb 1, 3; 8, 1): “Tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sent
a la diestra del trono de la Majestad en los cielos”. Y de nuevo (Hb 10, 12 y Hb 12,
2): “...soport la cruz, sin miedo a la ignominia, y está sentado a la diestra del
trono de Dios”.
A su vez, Pedro proclama que Cristo “habiendo ido al cielo está a la diestra
de Dios y le están sometidos los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades” (1 P
3, 22).
El mismo Apóstol Pedro, tomando la palabra en el primer discurso después
de Pentecostés, dirá de Cristo que, “exaltado por la diestra Dios, ha recibido del
Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que ustedes ven y oyen” (Hch
2, 33, cf. también Hch 5, 31).
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El Señor ha hecho maravillas a favor nuestro resucitando a Jesucristo. En
efecto, “Cristo el Seor realiz la obra de la redencin humana y de la perfecta
glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo de la
Antigua Alianza, principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada
pasión, de su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa ascensión. Por este
misterio, „con su muerte destruy nuestra muerte y con su resurreccin restaur
nuestra vida‟. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento
admirable de toda la Iglesia” (SC 5). Por eso, en la liturgia, la Iglesia celebra
principalmente el Misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra
salvación (Cfr. CIgC 1067).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)