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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
II Semana de Pascua
Miércoles
Salmo 33
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dios es un Dios “lento a la
clera y rico en piedad”, siempre dispuesto a perdonar y ayudar: “el Seor es
bueno con todos, es carioso con todas sus criaturas”. Se trata de palabras de
consuelo, con las que el Señor nos da una certeza para nuestra vida.
Esta respuesta al salmo es una especie de profesión de fe: el Señor es bueno
y su fidelidad no nos abandona nunca, porque él está siempre dispuesto a
sostenernos con su amor misericordioso. Con esta confianza el orante se abandona
al abrazo de su Dios: “Gusten y vean qué bueno es el Seor -dice en otro lugar el
salmista; dichoso el que se acoge a él” (Sal 33, 9; cf. 1 P 2, 3).
Esta respuesta: Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor, nos ayuda
comprender cuál es el contenido último, el contenido esencial de este salmo: es un
canto de confianza. Dios está siempre con nosotros. No nos abandona ni siquiera en
las noches más oscuras de nuestra vida. Está presente incluso en los momentos
más difíciles. El Señor no nos abandona ni siquiera en la última noche, en la última
soledad, en la que nadie puede acompañarnos, en la noche de la muerte. Nos
acompaña incluso en esta última soledad de la noche de la muerte.
Por eso, los cristianos podemos tener confianza: nunca estamos solos. La bondad
de Dios está siempre con nosotros.
Que por intercesión de Nuestra Señora de la Soledad la bondad de Dios nos
toque, se nos comunique y actué a través de nosotros.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)