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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
III Semana de Pascua
Lunes
Salmo 118
Dichoso el que cumple la voluntad del Señor . En otras palabras, hemos
cantado como respuesta al salmo: dichoso a aquel que ama de corazón los
mandatos de Dios y los cumple; y es dichoso porque al cumplir la voluntad de dios
encuentra alegría y paz.
El único y perfecto modelo de obediencia, y en el que todos tenemos nuestro
modelo, es Jesucristo: Él, “aun siendo Hijo, con lo que padeci, experiment la
obediencia” (Hb 5, 8). ¡Con cuánta más razn la deberemos experimentar nosotros,
criaturas y pecadores, que hemos llegado a ser hijos de adopción en él! Pedimos a
nuestro Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo para cumplir su voluntad,
su designio de salvación para la vida del mundo. Nosotros somos radicalmente
impotentes para ello, pero unidos a Jesús y con el poder de su Espíritu Santo,
podemos poner en sus manos nuestra voluntad y decidir escoger lo que su Hijo
siempre ha escogido: hacer lo que agrada al Padre (cf Jn 8, 29). Así pues,
adheridos a Cristo, podemos llegar a ser un solo espíritu con él, y así cumplir su
voluntad: de esta forma ésta se hará tanto en la tierra como en el cielo (Orígenes,
or. 26; CIgC 2825).
Pero también, con el oído atento a la voz de la Virgen, podemos establecer
una comunión con Ella, y desde Ella responder como Ella respondió al mensajero de
Dios: “He aquí la esclava del Seor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).
Porque el „sí‟ de María es para todos nosotros una leccin y un ejemplo para
convertir la obediencia a la voluntad del Padre, en camino y en medio de
santificación propia; y ser como María Dichosos al cumplir la voluntad del Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)