1
Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IV Semana de Pascua
Jueves
Salmo 88
Proclamaré sin cesar las misericordias del Señor . Podemos hacer realidad lo
que hemos cantado en el salmo, en la medida en pongamos en la mente y el
corazn las “misericordias del Seor” (Sal 88, 2).
Tengamos el propósito de llevar en el corazón lo que hemos cantado:
“Cantaré eternamente las misericordias del Seor”; porque todo bautizado está
llamado a alabar y dar testimonio del amor misericordioso de Dios con una vida
santa, y lo mismo se puede decir de toda comunidad cristiana.
La misericordia divina, que cada uno de nosotros hemos podido
experimentar, nos impulsa a “remar mar adentro”, recordando con gratitud el
pasado, viviendo con pasión el presente y abriéndonos con confianza al futuro,
convencidos de que “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb 13, 8; cf.
Novo millennio ineunte, 1).
Sí, es tiempo de mirar hacia adelante, manteniendo los ojos fijos en el rostro
de Jesús (cf. Hb 12, 2). El Espíritu nos llama a “pensar en el futuro que nos espera”
(Novo millennio ineunte, 3), a testimoniar y confesar a Cristo, dando gracias por las
„maravillas‟ que Dios ha realizado por nosotros. “Cantaré eternamente las
misericordias del Seor” (Sal 89, 2).
Es preciso encender la misericordia de la gracia de Dios. Es preciso transmitir
al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo
encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Que nuestra Reina nos ayuda a todos a
ser testigos de la misericordia.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)