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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IV Semana de Pascua
Sábado
Salmo 97
Cantemos las maravillas del Señor . En sintonía con el tiempo pascual,
podemos contemplar las maravillas realizadas por el Señor en la virgen Madre,
expresadas en su cántico: “Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi
espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva... ha
hecho en mí maravillas el Poderoso” (Lc 1, 46-49).
El misterio de gracia y de hermosura que envuelve a la Virgen Madre tiene su
origen en la ternura de Dios que, ya desde el primer instante de su existencia la
preservó del pecado original y de sus consecuencias, preparándola para convertirse
en la digna Madre de su Hijo. De ese modo, el Señor puso a María por encima de
todas las demás criaturas, haciéndola llena de gracia, espejo admirable de su
santidad.
El misterio de María compromete a todo cristiano, en comunión con la
Iglesia, a meditar en su corazón lo que la revelación evangélica afirma de la Madre
de Cristo. En la lógica del Magnificat, cada uno experimentará en sí, como María, el
amor de Dios y descubrirá en las maravillas realizadas por la santísima Trinidad en
la Llena de gracia un signo de la ternura de Dios por el hombre.
Que la Virgen, recordando las maravillas realizadas por el Señor en favor del
pueblo de Dios, suscite en los fieles un profundo deseo de contemplación y
alabanza.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)