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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IX Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 24
A ti, Señor, levanto mi alma . Con motivo de nuestra respuesta al salmo
hablemos del término alma. Alma, designa en la Sagrada Escritura la vida humana
(cf. Mt 16, 25-26; Jn 15,13) o toda la persona humana (cf. Hch 2,41). Pero designa
también lo que hay de más intimo en el hombre (cf. Mt 26, 38; Jn 12, 27) y de más
valor en él (cf. Mt 10, 28; 2 M 6, 30), aquello por lo que es particularmente imagen
de Dios: ‘alma’ significa el principio espiritual en el hombre. Por tanto, hacía Dios se
ha de levantar, en cada momento, todo nuestro ser.
¿Qué decir de nuestro cuerpo, en este contexto de levantarlo nuestro ser
hacia Dios? Primero, que el cuerpo del hombre participa de la dignidad de la
‘imagen de Dios’: es cuerpo humano precisamente porque esta animado por el
alma espiritual, y es toda la persona humana la que esta destinada a ser, en el
Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu (cf. 1 Co 6, 19-20; 15,44-45): Uno en
cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en si los
elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, estos alcanzan su
cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador. Por consiguiente, no es
lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que
considerar su cuerpo bueno y de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de
resucitar en el último día (GS 14, 1). Y cuando decimos, A ti, Señor, levanto mi
alma , estamos diciendo nuestra persona: nuestro ser completo (CIgC 364).
La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al
alma como la ‘forma’ del cuerpo (cf. Cc. de Vienne, año 1312, DS 902); es decir,
gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y
viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino
que su unión constituye una única naturaleza (CIgC 365). Por tanto, cuando
decimos, A ti, Señor, levanto mi alma, pensemos y levantemos hacia Dios todo
nuestro ser.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)