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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
IX Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 13
Bendito sea Dios, que vive por los siglos . Bendecir es una acción divina que
da la vida y cuya fuente es el Padre. Su bendición es a la vez palabra y don
(„benedictio‟, „eulogia‟). Aplicado al hombre, este término significa la adoracin y la
entrega a su Creador en la acción de gracias (CIgC 1078).
Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de
Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera Creación hasta los
cánticos de la Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de
salvación como una inmensa bendición divina (CIgC 1079).
En la Liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente revelada y
comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las
bendiciones de la Creación y de la salvación; en su Verbo, encarnado, muerto y
resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por Él derrama en
nuestros corazones el don que contiene... los dones: el Espíritu Santo (CIgC 1082).
Comprendemos, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de amor a las
„bendiciones espirituales‟ con que el Padre nos enriquece, la Liturgia cristiana tiene
una doble dimensin. Por una parte, la Iglesia, unida a su Seor y “bajo la accin
del Espíritu Santo” (Lc 10, 21), bendice al Padre “por su don inefable” (2 Co 9,15)
mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la
consumacin del designio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre “la
ofrenda de sus propios dones” y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta
ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que
por la comunión en la muerte y en la resurrección de Cristo Sacerdote y por el
poder del Espíritu, estas bendiciones divinas den frutos de vida “para alabanza de la
gloria de su gracia” (Ef 1, 6; CIgC 1083).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)