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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XI Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 97
Aclamemos con júbilo al Señor . Para entender esta exhortación del estribillo
con el que hemos respondido al salmo nos puede servir mucho el recordar la
entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, que nos presenta el Catecismo de la Iglesia
Católica en el 559: Jesús es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación
(Hosanna quiere decir “¡Sálvanos!”, “¡Danos la salvacin!”).
Pues bien, el “Rey de la Gloria” (Sal 24, 7-10) entra en su ciudad “montado
en un asno” (Za 9, 9): no conquista a la hija de Sin, figura de su Iglesia, ni por la
astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad (cf.
Jn 18, 37). Por eso los súbdito de su Reino, aquel día fueron los niños (cf. Mt 21,
15-16; Sal 8, 3) y los “pobres de Dios”, que lo aclamaban como los ángeles lo
anunciaron a los pastores (cf. Lc 19, 38; 2, 14). Su aclamacin: “Bendito el que
viene en el nombre del Seor” (Sal 118, 26), ha sido recogida por la Iglesia en el
santo de la Liturgia eucarística para introducir al memorial de la pascua del Señor.
Hoy nosotros Aclamamos con júbilo al Señor, por “ El Verbo se encarnó para
salvarnos reconciliándonos con Dios; porque “Dios nos am y nos envi a su Hijo
como propiciacin por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10); porque “El Padre envi a su
Hijo para ser salvador del mundo (1 Jn 4, 14): porque “El se manifestó para quitar
los pecados” (1 Jn 3, 5).
No cesemos de salir al encuentro del Señor, para aclamarlo con júbilo,
porque él es el Hijo de Dios, el Verbo de Dios, Señor, Salvador, Cordero de Dios,
Rey, Hijo amado, Hijo de la Virgen, Buen Pastor, Vida nuestra, nuestra Luz, nuestra
Esperanza, Resurreccin nuestra, Amigo de los hombres…
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)