Jueves 06 de Octubre de 2011
Jueves 27ª semana de tiempo ordinario 2011
Malaquías 3,13-20a
"Vuestros discursos son arrogantes contra mí -oráculo del Señor-. Vosotros
objetáis: "¿Cómo es que hablamos arrogantemente?" Porque decís: "No vale la
pena servir al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos?; ¿para qué
andamos enlutados en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario: nos
parecen dichosos los malvados; a los impíos les va bien; tientan a Dios, y quedan
impunes."
Entonces los hombres religiosos hablaron entre sí: "El Señor atendió y los
escuchó." Ante él se escribía un libro de memorias a favor de los hombres religiosos
que honran su nombre. Me pertenecen -dice el Señor de los ejércitos- como bien
propio, el día que yo preparo. Me compadeceré de ellos, como un padre se
compadece del hijo que lo sirve. Entonces veréis la diferencia entre justos e impíos,
entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven. Porque mirad que llega el día,
ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día
que ha de venir -dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni
raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la
salud en las alas."
Salmo responsorial: 1
R/Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la
senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos; / sino que su
gozo es la ley del Señor, / y medita su ley día y noche. R.
Será como árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y
no se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así; / serán paja que arrebata el viento. / Porque el
Señor protege el camino de los justos, / pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Lucas 11,5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno de vosotros tiene un
amigo, y viene durante la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle." Y,
desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis
niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos." Si el otro
insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al
menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y
se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le
pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si
vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto
más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?"
COMENTARIOS
Dios es comparado a un «amigo» a quien otro amigo acude de noche, a una
hora intempestiva, para pedirle unos panes. Gracias a la insistencia, aquél
terminará por dárselos. También Dios, dice Jesús, hará lo mismo. Hay que «pedir»,
«buscar», «llamar», con la seguridad de que «se recibe lo que se pide», que «se
encuentra lo que se busca», que «se abren las puertas cuando se llama» (11,9-10).
Triple búsqueda, insistencia total. A continuación se pone una serie de ejemplos
entresacados de la vida cotidiana. Para concluir con una frase lapidaria: «Pues si
vosotros, aun si sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más
vuestro Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que se lo piden! »(11,13). A
diferencia de Mateo (Mt 7,11: «dará cosas buenas»), Lucas explicita que el don por
excelencia es «el Espíritu Santo». La comunidad no tiene que pedir cosas
materiales: es necesario que concentre su oración en el don del Espíritu, la fuerza
de que Dios dispone para llevar a cabo el proyecto de comunidad fraterna que
propugna Jesús.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de Fundación ÉPSILON)