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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XI Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 110
Justas y verdaderas son tus obras Señor . Las obras de Dios sus
intervenciones de amor que ha tenido en la historia para salvar al hombre. El plan
de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas; las obras
que Dios realiza en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y
las realidades que las palabras significan; a su vez, las palabras proclaman las
obras y explican su misterio. La verdad profunda de Dios y de la salvación del
hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud
de toda la revelación.
Jesucristo, Palabra hecha carne, “hombre enviado a los hombres”, habla las
palabras de Dios (Jn 3, 34) y realiza la obra de la salvación que el Padre le encargó
(cf. Jn 5, 36; 17, 4). Por eso, quien ve a Jesucristo, ve al Padre (cf. Jn 14, 9); él,
con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros,
sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la
verdad, lleva a plenitud toda la revelación.
En la historia de amor que nos narra la Biblia, Él sale a nuestro encuentro,
trata de atraernos, llegando hasta la Última Cena, hasta el Corazón traspasado en
la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que
Él, por la acción de los Apóstoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente. El
Señor tampoco ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia: siempre
viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja;
mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía.
Eusebio de Cesarea invitaba a los creyentes a asombrarse, a contemplar en
la historia las grandes obras de Dios para la salvación de los hombres. Y con la
misma fuerza nos invitaba a la conversión de vida. De hecho, no podemos quedar
insensibles ante un Dios que nos ha amado así. El amor exige que toda la vida se
oriente a la imitación del Amado. Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para
dejar en nuestra vida una huella transparente del amor de Dios.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)