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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XII Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 105
Demos gracias al Señor porque es bueno . “Vivan (...) apoyados en la fe, (...)
rebosando en acción de gracias”, nos dice san Pablo (Col 2, 6-7). Sí, es un deber
nuestro, además de una necesidad del corazón, alabar y dar gracias a Aquel que,
siendo eterno, nos acompaña en el tiempo sin abandonarnos nunca y que siempre
vela por la humanidad con la fidelidad de su amor misericordioso. Al celebrar la
Eucaristía elevamos una perfecta acción de gracias a Dios, Señor del tiempo y de la
historia.
La Iglesia vive para alabar y dar gracias a Dios. Ella misma es “acción de
gracias”, a lo largo de los siglos, testigo fiel de un amor que no muere, de un amor
que abarca a los hombres de todas las razas y culturas, difundiendo de modo
fecundo principios de auténtica vida.
Mirando hacia el pasado, cada uno de nosotros puede descubrir asimismo
que la historia no la escriben sólo los hombres, sino que la escribe también Dios. Un
proverbio italiano dice: “el hombre se inquieta y Dios lo guía”. Verdaderamente,
viendo la historia de nuestra vida, sin duda que tiene más de un motivo para dar
gracias al Señor por habernos guiado hasta hoy, hasta donde estamos esta
eucaristía. Que nuestra Señora de la Soledad nos enseña a ser agradecidos a Dios y
firmes en la fe, como “hijos de obediencia”, manteniendo puras nuestras almas en
la obediencia a la verdad, en una fraternidad sincera, con una conducta ejemplar
entre los que nos rodean, para que viendo nuestras obras buenas glorifiquen a Dios
(cf. ib., 1, 3. 14. 22; 2, 12).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)