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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XII Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 127
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos ; en otras palabras, es
dichoso el que Guarda los mandamientos del Señor su Dios, siguiendo sus caminos
y temiéndole, pues el Señor nuestro Dios nos conduce a una tierra buena. (Cfr. Dt
8, 6-7). Los caminos de Dios, los mandamientos están dictados por el amor. Sin
embargo, no seguir estos caminos de Dios tiene consecuencias dolorosas, aunque
se rigen siempre por la lógica del amor, porque obligan al hombre a tomar
conciencia saludable de una dimensin constitutiva de su ser. “Al descubrir la
grandeza del amor de Dios, nuestro corazón se estremece ante el horror y el peso
del pecado y comienza a temer ofender a Dios por el pecado y verse separado de
él” (CIgC 1432).
Si el hombre se separa de su Creador, cae necesariamente en el mal, en la
muerte, en la nada. Por el contrario, la adhesión a Dios es fuente de dicha, de vida
y bendición. Es lo que subraya el mismo libro del Deuteronomio: “Mira, yo pongo
hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los mandamientos del
Señor tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas al Señor tu Dios, si sigues sus
caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y te
multiplicarás; el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para
tomarla en posesin” (Dt 30, 15 s).
Jesús enseña que el precepto del amor es el centro de la Ley, el centro de los
caminos del Seor. El “mandamiento nuevo” del amor, ensea san Juan
Crisstomo, tiene su razn última de ser en el amor divino: “No pueden llamar
padre suya al Dios de toda bondad, si su corazón es cruel e inhumano, pues en ese
caso ya no tienen la impronta de la bondad del Padre celestial” ( Hom. in illud
«Angusta est porta »: PG 51, 44B). Desde esta perspectiva, hay a la vez continuidad
y superación: la Ley se transforma y se profundiza como Ley del amor, la única que
refleja el rostro paterno de Dios. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Que la Madre de Dios, nos enseñe a caminar por los caminos del Señor,
dejándonos guiar por el temor de Dios que es el “comienzo de la sabiduría” (Pro. 9,
10).
Padre Félix Castro Morales
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Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)