1
Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XIII Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 114
Nuestro Dios es compasivo , “lento a la ira y rico en gracia y fidelidad” (Ex 34,
6). San Juan, en el Nuevo Testamento, resume esta expresión en una sola
palabra: “Amor” (1 Jn 4, 8. 16). Dios es la única fuente del amor verdadero. San
Juan lo subraya bien cuando afirma que Dios es amor (1 Jn 4,8.16); con ello no
quiere decir sólo que Dios nos ama, sino que el ser mismo de Dios es amor.
Estamos aquí ante la revelación más esplendorosa de la fuente del amor que
es el misterio trinitario: en Dios, uno y trino, hay una eterna comunicación de amor
entre las personas del Padre y del Hijo, y este amor no es una energía o un
sentimiento, sino una persona: el Espíritu Santo. Nuestro Dios es compasivo, es
amor.
En Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, hemos conocido el amor en
todo su alcance. La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros
todavía pecadores, murió por nosotros (Rm 5,8). Por tanto, cada uno de nosotros,
puede decir sin equivocarse: Cristo me amó y se entregó por mí (cf. Ef 5,2).
Jesús nos da el ejemplo de un amor lleno de compasión. Siente compasión por
las multitudes sin pastor (cf. Mt 9, 36), y por eso se preocupa por guiarlas con sus
palabras de vida y se pone a “enseñarles muchas cosas” (Mc 6, 34). Por esa misma
compasión, cura a numerosos enfermos (cf. Mt 14, 14), ofreciendo el signo de una
intención de curación espiritual; multiplica los panes para los hambrientos (cf. Mt
15, 32; Mc 8, 2), símbolo elocuente de la Eucaristía; se conmueve ante las miserias
humanas (cf. Mt 20,34; Mc 1, 41), y, quiere sanarlas; participa en el dolor de
quienes lloran la pérdida de un ser querido (cf. Lc 7, 13; Jn 11, 33.35); también
siente misericordia hacia los pecadores (cf. Lc 15, 1.2),
Jesús está cercano a los hombres con una vida semejante a la nuestra; sufrió
pruebas y tribulaciones como las nuestras; por eso, siente gran compasión hacia
nosotros. Nuestro Dios es compasivo .
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)