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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XIV Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 104
Recordemos los prodigios del Señor . Desde el cielo el pensamiento pasa
implícitamente a la tierra al poner el acento en los prodigios del Señor realizados
por Dios, los cuales manifiestan “su inmensa grandeza”. Los prodigios de Dios son
descritos en el salmo 104, el cual invita a “meditar todas las maravillas” de Dios, a
recordar “las maravillas que ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca”.
En el Nuevo Testamento los prodigios de misericordia y del poder de Dios,
los ha desplegado en Cristo en favor del hombre. El Espíritu Santo ha obrado en lo
íntimo de los creyentes prodigios sorprendentes abriéndoles su ánimo al encuentro
con su hijo Jesús, verdadera respuesta a las expectativas más profundas del
corazón humano.
Así, nosotros somos los destinatarios de los prodigios sorprendentes de
Cristo: Él lleva a hombres y mujeres a renunciar a las comodidades de su vida y a
ponerse totalmente al servicio de los que sufren; cómo da a hombres y mujeres la
valentía para oponerse a la violencia y a la mentira, para difundir en el mundo la
verdad; cómo, en secreto, induce a hombres y mujeres a hacer el bien a los demás,
a suscitar la reconciliación donde había odio, a crear la paz donde reinaba la
enemistad.
Por otra parte, cada ser humano es somos un prodigio de Dios, desde su
concepción y para siempre, como dice el profeta Jeremías cuando dice a Dios:
“Porque tú me has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; yo te doy
gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma
conocías cabalmente”.
Al ver las obras de la creación, obra del amor del Padre, la obra de la
redención realizada en Cristo, y la actual acción santificadora del Espíritu Santo,
que se obra en su Iglesia, en el corazón de cada uno de los creyentes; además,
contemplando nuestro mismo ser, en nuestra imagen y semejanza de Dios, no
podemos menos de recordar y dar gracias a nuestro Dios por sus prodigios.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)