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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XVI Semana del Tiempo Ordinario
Martes
(Sal) Ex15:8-10,12,17
Alabemos al Señor or su victoria . La victoria sobre el pecado y sobre la
muerte marca el camino de la misión mesiánica de Jesús desde Nazaret hasta el
Calvario. Entre las “seales” que indican particularmente el camino hacia la victoria
sobre la muerte, están sobre todo las resurrecciones: “los muertos resucitan” (Mt
11, 5), responde, en efecto, Jesús a la pregunta acerca de su mesianidad que le
hacen los mensajeros de Juan el Bautista (cf. Mt 11, 3). Y entre los varios
“muertos”, resucitados por Jesús, merece especial atencin Lázaro de Betania,
porque su resurreccin es como un “preludio” de la cruz y de la resurreccin de
Cristo, en el que se cumple la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
Un día más hemos cantando: Alabemos al Señor or su victoria ¿cómo no
alabar al Señor por la victoria de la Vida sobre la muerte?: «El Señor de la vida
había muerto: pero ahora, vivo, triunfa” (Secuencia pascual).
¿Cómo no alegrarse de la victoria de este Cristo que pasó por el mundo
haciendo el bien a todos (cf. Act. 10, 38) y predicando el Evangelio del Reino (cf. Mt
4, 24), en el que se manifiesta toda la plenitud de la bondad redentora de Dios? En
ella, el hombre ha sido llamado a la dignidad más grande.
¿Cómo no alegrarse por la victoria de Aquel que tan injustamente fue
condenado a la pasión más terrible y a la muerte en la cruz; por la victoria de Aquel
que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado con salivazos con tan
inhumana crueldad?
¿Cómo no alegrarse por la revelación de la fuerza del solo Dios, por la
victoria de esta fuerza sobre el pecado y sobre la ceguera de los hombres?
¿Cómo no alegrarse por la victoria definitivamente alcanzada del bien sobre
el mal?
Alabemos al Señor or su victoria. El hombre no puede perder jamás la
esperanza en la victoria del bien. Que este día sea para nosotros un día esperanza
en la victoria definitiva del amor de Dios sobre el pecado y sobre la muerte.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)