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Salmos diarios, Ciclo I, Año Impar. Explicados
XVI Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 77
(Cfr. Benedicto XVI, Corpus Christi, 7 de junio de 2007
El Señor les dio pan del cielo . Como el maná para el pueblo de Israel, así
para toda generación cristiana la Eucaristía es el alimento indispensable que la
sostiene mientras atraviesa el desierto de este mundo, aridecido por sistemas
ideológicos y económicos que no promueven la vida, sino que más bien la
mortifican; un mundo donde domina la lógica del poder y del tener, más que la del
servicio y del amor; un mundo donde no raramente triunfa la cultura de la violencia
y de la muerte. Pero Jesús sale a nuestro encuentro y nos infunde seguridad: él
mismo es “el pan de vida” (Jn 6, 35.48). Jesús se define “el Pan de vida”, y
añade: “El pan que yo daré, es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6, 51)
¡Misterio de nuestra salvación! Cristo, único Señor ayer, hoy y siempre, quiso
unir su presencia salvífica en el mundo y en la historia al sacramento de la
Eucaristía. Quiso convertirse en pan partido, para que todos los hombres pudieran
alimentarse con su misma vida, mediante la participación en el sacramento de su
Cuerpo y de su Sangre.
Esta es la belleza de la verdad cristiana: el Creador y Señor de todas las
cosas se hizo "grano de trigo" para ser sembrado en nuestra tierra, en los surcos de
nuestra historia; se hizo pan para ser partido, compartido, comido; se hizo nuestro
alimento para darnos la vida, su misma vida divina. Nació en Belén, que en hebreo
significa “Casa del pan”; y, cuando comenzó a predicar a las multitudes, reveló que
el Padre lo había mandado al mundo como “pan vivo, bajado del cielo”, como “pan
de vida”.
María, que, al llevar en su seno a Jesús, fue el “sagrario” vivo de la
Eucaristía, nos comunique su misma fe en el santo misterio del Cuerpo y la Sangre
de su Hijo divino, para que sea verdaderamente el centro de nuestra vida.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)